El brutal femicidio de Camila Merlo, la joven hallada descuartizada en bolsas de consorcio en Córdoba, sumó en las últimas horas un nuevo capítulo cargado de dolor y sospechas. Una de sus amigas más cercanas, Jazmín, planteó una teoría que la investigación ya analiza como posible línea firme: que la víctima pudo haber sido atacada por alguien conocido.
“Creemos que se fue con algún conocido a alguna casa, a compartir algo y las cosas se salieron de control por algún motivo que desconocemos. Capaz eso llevó a ese triste final”, dijo en diálogo con La Voz. Y remarcó que descartan completamente la hipótesis de un ajuste de cuentas: “Veo mucha gente que habla y opina de lo que no conoce. La gente nos encasilla a las trabajadoras sexuales”.
Jazmín pidió colaboración a los vecinos del barrio General Urquiza, donde se cree que ocurrió parte del crimen. “Si alguien vio algo o escuchó algo raro, que nos llamen. Queremos que nuestra amiga descanse en paz”, expresó. En paralelo, exigió justicia: “No puede ser que la hayan encontrado así y nadie sepa lo que le pasó”.

La joven recordó que Camila había llegado a Córdoba hacía poco más de siete años y que trabajaba en distintas zonas del centro: Maipú y Catamarca, el Mercado y las calles Salta y Catamarca. “Ella no iba a desaparecer de la nada sin contar. Llegó al centro con una sonrisa, tratando de hablarle a todas las chicas que estábamos ahí”, rememoró.
La amiga describió a Camila como una mujer amable y muy confiada. “Era tan buena, tan inocente y confiada que muchas veces en la calle se complicaba discernir quién era bueno y quién malo. Ella no veía maldad en nadie”, dijo. Por eso pidió que no se la reduzca a su oficio: “No la encasillen por la profesión que tenía. Quiero que la gente la vea como amiga, hermana y tía, como la persona que era”.
Conmovida, agregó: “Si hubiera sabido que era la última vez que la iba a ver, la hubiera abrazado mucho más fuerte. Nunca imaginé tener que pedir justicia para encontrar al culpable”.
El pedido de justicia de las amigas de Camila
El impacto en el entorno de Camila es desgarrador. Ana, otra de sus amigas, habló en Arriba Córdoba y aseguró: “Es lamentable lo que pasó, es inhumano lo que han hecho”. También la describió como una persona humilde, trabajadora y solidaria: “Siempre trataba de ayudar al otro sabiendo que ella estaba peor que uno”. Según dijo, Camila no era conflictiva, no tenía enemigos y siempre era bien recibida donde fuera.

Ambas coincidieron en que quieren “hacer ruido por todos lados” para que se resuelva el caso, especialmente porque —dicen— otras mujeres en situación de vulnerabilidad han sido asesinadas recientemente sin que haya respuestas.
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