Las imágenes son estremecedoras. Apenas unos segundos de video que, para los investigadores, resultaron ser la primera prueba concreta para detener a Matías Jurado (37), el presunto asesino serial de Jujuy acusado de captar a personas en situación de calle con falsas promesas laborales y asesinarlas a sangre fría en su vivienda del barrio Alto Comedero, conocida ya como “la casa del horror”.
En la secuencia, captada por una cámara de seguridad de la zona, se observa a Jurado deteniendo un taxi en plena calle. Son las 18:45 de un viernes. A su lado, avanza lentamente Jorge Anachuri (68), uno de los cinco hombres que desaparecieron en circunstancias casi calcadas. Jorge, con evidentes dificultades para caminar, se acerca y sube al asiento trasero del vehículo junto a Jurado. Esa fue la última vez que se lo vio con vida.
Según fuentes judiciales, la imagen fue clave. “Esta es la punta del ovillo”, explicó Guillermo Favale durante el noticiero Arriba América (América TV). “Esta última imagen donde se ve al sujeto subiendo a un taxi con su última víctima es determinante. Y ese dato es clave porque mientras vemos la imagen del hombre subiendo al taxi, la declaración del chofer fue vital. Con esta imagen sacan la patente del vehículo, localizan a quien manejaba y quién manejaba dice: ‘Yo llevé a estas personas a este lugar’”, detalló el periodista.
El testimonio del taxista fue categórico. “Doy fe”, habría declarado ante la Justicia, según trascendió en las últimas horas. El conductor relató con precisión cómo aquella tarde trasladó a Jurado y a Anachuri hasta la vivienda ubicada en el barrio Alto Comedero de Jujuy., conocida entre los vecinos por ser un sitio en el que ingresaban personas, pero del que muchos no volvían a salir.
La periodista especializada en policiales Verónica Rosales, panelista en Arriba América, aportó un dato escalofriante: “Fíjense en la parte derecha de la imagen, cómo va subiendo una de sus víctimas, la última víctima. Un hombre en situación de calle que tenía estas dificultades para moverse, como podemos ver en esta secuencia. Y sin embargo, Matías Jurado lo lleva con total frialdad al taxi, en lo que ahora entendemos era una cacería programada”.
El modus operandi de Jurado comenzaba a perfilarse con nitidez. No era la primera vez. De acuerdo a la investigación, el sospechoso habría utilizado el mismo método con los otros desaparecidos: Juan Carlos González (60), Juan José Ponce (51), Miguel Ángel Quispe (60) y Sergio Alejandro Sosa (25). Todos fueron vistos por última vez en situaciones similares, y los investigadores sospechan que fueron captados con promesas de trabajo o refugio.
“Los viernes era su día de caza”, deslizó una fuente cercana a la investigación. Ese patrón fue lo que permitió a la fiscalía establecer un esquema de movimientos que lo comprometía aún más. “Jurado elegía a sus víctimas con un criterio perverso: hombres vulnerables, solos... La impunidad con la que se manejaba era absoluta”, agregó.
El video que ahora circula en manos de la Justicia fue, finalmente, el elemento que permitió imputar formalmente a Jurado por homicidio agravado. La secuencia, sumada al relato del taxista y a los datos recabados en la “casa del horror”, terminó por desarmar cualquier coartada.
En las próximas horas, el juez de la causa podría ampliar la imputación e incorporar nuevas pruebas, ya que hay indicios de que el número de víctimas podría ser mayor. Mientras tanto, la sociedad jujeña sigue conmocionada por la brutalidad de los hechos y por la frialdad con la que Matías Jurado “salía a cazar” cada viernes, como si fuera parte de una rutina macabra para luego llevar a sus víctimas a su casa y descuartizarlas.
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