La condena a Claudio Contardi en el caso de Julieta Prandi no solo sacudió la esfera mediática, sino que trajo consigo un giro inesperado: la inmediata incorporación del abogado Fernando Sicilia como su nuevo defensor. En el universo del derecho penal, el letrado es un nombre que se mueve con soltura entre dos mundos: el académico y el judicial.
Licenciado en Derecho y especialista en materia penal, Sicilia es titular de la Cátedra de Práctica Profesional Penal en la Universidad del Museo Social Argentino y también dicta clases en la Facultad de Derecho de la UBA. Su paso por las aulas no es un ejercicio teórico: suele llevar a los estudiantes a pensar en casos reales, con la premisa de que “el derecho se aprende ejerciéndolo”.
En tribunales, ha participado de expedientes de fuerte repercusión pública. Uno de los más comentados fue la defensa inicial de Elías Piccirillo, exmarido de Jésica Cirio, de la cual se apartó por “desgaste” en medio de la atención mediática. También ha dado su opinión sobre procesos de alto impacto, como el juicio por el crimen de Fernando Báez Sosa, donde cuestionó la manera en que los medios construyen un clima que, según él, puede condicionar la percepción de justicia.
Sicilia no es ajeno a los micrófonos: sus intervenciones en programas radiales y televisivos suelen enfocarse en explicar los alcances de las decisiones judiciales. Es lo que podría definirse como el típico abogado mediático. Su figura se ha convertido en una referencia para quienes siguen la actualidad judicial.
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La familia de Contardi contactó a Sicilia debido a una "disconformidad" con la situación legal que venía afrontando, la cual incluyó la renuncia de un abogado y una defensa oficial que, según Sicilia, "pidió la postergación [del juicio] y no se la dieron".
Sicilia contó en diálogo con Marina Calabró en A24 que le comunicó su intervención al letrado anterior por "respeto y ética profesional", indicando que su rol se centraría en la "etapa recursiva". El colega saliente, según detalló, "venía golpeado obviamente porque no a nadie le gusta que condenen y detengan en la misma audiencia a su cliente".
El nuevo letrado enfrenta un desafío considerable. El expediente es "muy voluminoso", con "670 fojas el primer cuerpo, 730 y tantas el segundo", y con hechos que datan de 2015.
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Por lo pronto, el nuevo abogado tiene "20 días corridos" para apelar, y en "7 días" debe hacer la reserva de recurrir en casación. Su prioridad es leer "lo que se incorporó a juicio al debate", ya que "son etapas que son precluidas".
Además, Sicilia quiere examinar a fondo por qué no se hizo lugar a pruebas solicitadas por la defensa. La familia le ha comentado "recurrentemente" y él ha visto en los medios que a Contardi "no lo han dejado ofrecer prueba" y criticó que la "amplitud probatoria" se permita "siempre a las denunciantes" y "no se le permita a los imputados".
Buscará determinar si se presentaron testimonios (como el de la madre actual de sus hijos o su anterior esposa para hablar de su comportamiento) o si la pericia realizada a la denunciante se hizo "sin perito de parte". Si estas pruebas fueron presentadas y no aceptadas, y se dejó "constancia de reserva de casación", serán elementos clave para la apelación.
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