Nick Reiner, de 32 años, acusado del asesinato de sus padres —el reconocido director de cine Rob Reiner y la fotógrafa y productora Michele Singer Reiner— dio un paso clave en su estrategia judicial al contratar de manera privada a Alan Jackson, uno de los abogados defensores más prestigiosos y costosos del sistema penal estadounidense.
La decisión no pasó inadvertida y generó un fuerte ruido tanto en el entorno familiar como en la opinión pública, especialmente por una pregunta que aún no tiene respuesta: ¿Quién paga la millonaria defensa?
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A diferencia de un abogado asignado por el tribunal, Jackson fue contratado de forma privada, lo que implica honorarios de altísimo nivel. Sin embargo, hasta el momento no existe confirmación oficial sobre el origen de los fondos que sostienen la defensa.
Ni la familia Reiner, ni el propio letrado, ni los documentos judiciales hicieron pública esa información, lo que abrió un abanico de especulaciones entre especialistas legales. Algunos apuntan a posibles recursos familiares, herencias o fideicomisos, aunque ninguna de esas hipótesis fue confirmada.

El interrogante cobra especial relevancia por el perfil del abogado elegido. Alan Jackson es conocido por representar a clientes en algunos de los casos criminales más resonantes del país y por manejar cifras que, según analistas judiciales, pueden superar holgadamente el millón de dólares en juicios por homicidio de alto impacto. “Si querés al mejor, no es barato”, resumió el analista legal y presentador de Court TV, Vinnie Politan.
Quién es Alan Jackson, el as bajo la manga de Nick Reiner
Jackson alcanzó una notoriedad masiva tras su actuación en el caso de Karen Read, donde primero logró un juicio nulo y luego la absolución total de su defendida, acusada del asesinato de su pareja policía. Ese proceso, seguido durante años por los medios, consolidó su figura como uno de los abogados más solicitados del país. Antes de eso, también estuvo al frente de defensas de alto perfil como la del actor Kevin Spacey, cuyos cargos fueron desestimados en 2019, y la del productor Harvey Weinstein en Los Ángeles.

Paradójicamente, Jackson no siempre estuvo del lado de la defensa. Durante años fue fiscal del Condado de Los Ángeles y encabezó la acusación contra Phil Spector por el asesinato de la actriz Lana Clarkson, un juicio histórico que terminó con una condena a cadena perpetua y marcó un antes y un después en Hollywood.
Con ese recorrido —que combina experiencia como fiscal y defensor— Jackson se convirtió en una de las figuras más influyentes del derecho penal estadounidense, con una tasa de éxito que, según reportes especializados, ronda el 96%.
Mientras Nick Reiner permanece detenido sin derecho a fianza y a la espera de que la fiscalía avance con la formalización definitiva de los cargos, la elección de un abogado de semejante peso no solo redefine el rumbo del caso, sino que suma una nueva capa de controversia a una tragedia que sigue estremeciendo a Hollywood.

