Cada 1° de noviembre se celebra el Día Mundial del Veganismo, una fecha que invita a reflexionar profundamente sobre cómo nuestros hábitos cotidianos impactan en el entorno y cómo pueden contribuir a un cambio mayor. En años recientes, la conciencia sobre el impacto ambiental y ético de lo que consumimos se ha extendido significativamente más allá de la alimentación, alcanzando con fuerza el universo del cuidado personal y la cosmética.
El cuidado consciente se está consolidando como una forma de coherencia con el entorno, buscando componentes que protegen los océanos, utilizando frutos que reemplazan vitaminas clave y combinaciones naturales que potencian sus efectos en la piel y el cabello. Elegir productos que cumplen con la filosofía cruelty-free (libres de crueldad) y son elaborados con ingredientes de origen vegetal representa un cambio de paradigma.
Sobre esta tendencia en auge, Abril Torres, fundadora de Veganis, explica que “No es necesario hacer cambios abruptos o de un día para el otro, sino que el verdadero diferencial está en reconocer que cada decisión cotidiana puede aportar un granito de arena”. Además, Torres destaca que al elegir un producto con ingredientes naturales y procesos más respetuosos con el entorno, se está contribuyendo activamente a esta transformación.
Los mitos y la efectividad comprobada
Una de las revelaciones más importantes del cuidado responsable se centra en la composición de productos de uso diario. Por ejemplo, es fundamental saber que algunos protectores solares esconden un enemigo invisible para la vida marina y nuestra salud. La benzofenona 3 (BP3) es un compuesto químico frecuente en muchos protectores solares y cosméticos que ha sido asociado con daños al ecosistema marino, además de poder alterar procesos hormonales.
Frente a la química sintética, la naturaleza ofrece alternativas poderosas. Contrario al mito de que los cosméticos veganos son menos efectivos, los estudios demuestran que, de hecho, pueden ser igual o más efectivos que el resto. Muchos aceites y extractos botánicos igualan o superan los resultados de los ingredientes derivados de animales o producidos en laboratorio, con el beneficio adicional de ser más suaves tanto para la piel como para el medioambiente.
Un ejemplo claro de este potencial es la capacidad de un pequeño fruto para incorporar la Vitamina C de forma natural: el maqui berry. Repleto de antioxidantes, el maqui berry fortalece el sistema inmunológico y protege las células del estrés oxidativo. La Vitamina C que contiene este fruto es esencial para la producción de colágeno y para la defensa del cuerpo contra infecciones.
El cuidado responsable comienza con la elección de productos de uso cotidiano: desde el jabón y el acondicionador, hasta la espuma limpiadora o el protector solar. La clave está en optar por fórmulas simples, con ingredientes conocidos, accesibles y confiables.
La innovación en el sector vegano ha permitido integrar extractos botánicos de alta eficacia. En el cabello, por ejemplo, el uso de aceite de palta ayuda a restaurar la humedad natural, mientras que el aceite de oliva orgánico puede disminuir de manera notable el frizz en cabellos maltratados. En el cuidado facial, una espuma limpiadora formulada con extracto de pepino puede proporcionar hidratación profunda, ya que es una fuente rica en vitaminas y minerales. Sus propiedades astringentes, además, ayudan a controlar el exceso de grasa, manteniendo la piel limpia e hidratada.
Incluso en la exfoliación, se priorizan los procesos suaves y naturales. Existen jabones líquidos que combinan una exfoliación mecánica a través de micropartículas de arroz —un ingrediente 100% vegetal y ecológico— con ácidos orgánicos derivados del kiwi (AHA), logrando una piel revitalizada y luminosa. Finalmente, los protectores solares veganos, formulados con ingredientes naturales y libres de BP3 y parabenos, se enriquecen con aceites como el de coco y caléndula para aportar humectación profunda y rápida absorción.
En este Día del Veganismo, la invitación es simple y directa: elegir con conciencia. Cada elección, por pequeña que parezca, tiene el potencial de convertirse en una forma tangible de cuidar lo que nos rodea.
