El barrio de Coghlan no sale de su asombro. A casi tres meses del hallazgo de los restos de Diego Fernández Lima, el misterio no deja de sumar episodios oscuros. La historia se escribió a fines de mayo, cuando una excavación rutinaria para levantar una medianera derivó en una escena digna de una película policial. Lo que nadie imaginaba era que el terreno donde apareció el cuerpo, sobre la avenida Congreso al 3700, pertenecía a la familia Graf, lindero a una propiedad que habitó Gustavo Cerati entre 2001 y 2003.
En las últimas horas, el relato más crudo llegó de la mano de Cristian, el albañil que descubrió los restos y que decidió romper el silencio. Su testimonio, que mezcla sorpresa, horror y un desconcierto palpable, reconstruye minuto a minuto aquel tremendo hallazgo.
“Estábamos trabajando y haciendo la excavación para la medianera y sin querer encontramos un par de huesos y al ser curiosos, excavamos más y constatamos que eran huesos de humano. Así que llamamos a la Policía y vinieron a constatar que era hueso humano”, relató con voz grave sobre el día en que encontraron el cadáver de Diego, un exjugador de Excursionistas y alumno de la ENET N°36 que estaba desaparecido desde 1984.
La conversación con el cronista de TN reveló detalles escalofriantes. “¿Estaba a muy poca profundidad?”, le consultaron. “Y ponele que a 60 cm del suelo”, respondió sin titubear el trabajador. “¿Y estaba muy cerca del paredón de la medianera que ustedes estaban haciendo?”, insistió el periodista. “Sí, casi pegado pero la parte lindera del vecino sería”, detalló el hombre.
El trabajador también admitió que la escena lo impactó de una forma que aún le cuesta procesar: “Te provoca escalofríos… nadie se espera encontrar una cosa así. Te supera”. Y recordó que, apenas hicieron el descubrimiento, hubo movimiento en la casa de al lado.“Esta familia, la familia Graf, que está al lado, se acercó en ese momento que los vecinos estaban curiosos, como vos decías”, quiso saber el notero de TN.
La pregunta sobre quién dio el primer aviso a las autoridades tuvo una respuesta directa. “Sí, estaban. Vino una señora y fue la que llamó la Policía en cierta forma, la señora Graf”, aseguró el albañil. Para Cristian, la magnitud de lo que sucedía recién se hizo evidente horas después: “Nadie se imaginaba que era un caso ponele que de este tamaño, de esta magnitud”.
El contexto agrega todavía más tensión al caso. En la propiedad de la familia Graf aún vive Cristian Graf, un excompañero de la víctima en la mencionada escuela técnica, quien ya fue citado a declarar.
Pero como si la trama no fuera lo suficientemente inquietante, este lunes otro excompañero de ambos estudiantes, Adrián Farías, sumó una acusación pública contra Diego que sorprendió a todos los televidentes de América TV: un presunto intento de abuso sexual que, de confirmarse, abriría un nuevo frente en la investigación.
Mientras la justicia avanza en las pericias y testimonios, en Coghlan las versiones y teorías se multiplican. El chalet donde ocurrió todo, con su fachada prolija y su jardín de barrio tranquilo, guarda bajo tierra la evidencia de un drama que sigue sacudiendo a familiares, amigos y vecinos. Y aunque las preguntas son muchas y las certezas pocas, el relato de Cristian, el albañil que se topó con el horror, llevó un poco de información a los medios.
