El barrio General Urquiza, en la ciudad de Córdoba, vivió horas de conmoción tras un hallazgo tan inesperado como macabro. Un perro regresó a su casa, ubicada en la calle Andalucía al 3100, llevando en el hocico una bolsa de basura que habría tomado de un baldío contiguo a la vivienda de sus dueños. Lo que al principio parecía una travesura más del animal terminó convirtiéndose en el disparador de una causa por hallazgo de restos humanos.
La dueña del perro, Giuliana, contó que la escena comenzó de la manera más cotidiana posible: el animal estaba en el patio comiendo “algo” que había llevado desde el terreno vecino, un hábito frecuente según relató.
“Mi perro estaba lo más bien en el patio comiendo algo, acostumbra traer pedazos de animales de un basural de aquí que tiran de todo, entonces, bueno, lo primero que pensamos es que era un bicho nuevamente, así que, bueno, salimos, se lo sacamos, vemos que era un pedazo grande, raro, porque nunca lo habíamos visto, bueno, lo embolsamos y ahí nos entró la duda porque era algo diferente, o sea, yo le doy huesos de la carnicería que me dan y no era nada parecido el tamaño, nada. Así que bueno, llamamos al 911 y se acercaron y ahí empezaron a ver toda la zona y vimos que de un costado se notaba como un tatuaje”, relató en diálogo con El Doce.
La primera mirada más atenta alcanzó para entender que no se trataba de un resto animal. Dentro de la bolsa había una pierna humana, que según las primeras apreciaciones periciales sería de una mujer, y que presentaba un tatuaje compatible con una mandala. La identidad de la víctima, hasta el momento, no fue comunicada oficialmente.
A partir del llamado al 911, la Policía montó un operativo en la zona y comenzó a rastrillar el baldío del que el perro habría sacado la bolsa. Según contaron vecinos, los efectivos encontraron en ese mismo predio otra pierna, que los investigadores intentan determinar si pertenece a la misma persona. Además, trascendió que entre los restos se habría hallado también un corazón humano, lo que incrementó el impacto del caso entre los habitantes del barrio.
Consultada sobre el momento en que tomó conciencia de lo que tenía en el patio, Giuliana describió la mezcla de incredulidad y horror que la atravesó. “¿Qué sensación te corrió por el cuerpo cuando te enteraste que eran restos humanos?”, le preguntó el periodista de El Doce que la estaba entrevistando. A lo que ella respondió: “No, bueno, terrible, porque nosotros todo el tiempo pensando que se trataba de algún animal, cuando vimos el tatuaje, fue terrible porque estaba en el patio de mi casa, el perro no sé de dónde lo trajo y lo tenía ahí en el patio”, cerró.
La mujer también aprovechó para advertir sobre el estado del lugar y los riesgos que, según los vecinos, se vienen denunciando desde hace tiempo. “La zona sí es reinsegura, acá todo esto es un canal lleno de basura. Todos los días se escucha que anda gente abajo. Es un peligro. La verdad que sí es un peligro toda esta parte. En todo sentido, lo que es seguridad, lo que es basura. Del otro lado es todo abierto, así que constantemente tiran basura. Es repeligroso esta parte”, concluyó.
Cómo sigue de ahora en más la causa
La causa quedó en manos de la Fiscalía del Distrito 2, Turno 6, a cargo de la fiscal Eugenia Pérez Moreno, quien dispuso las primeras medidas de investigación: resguardo de los restos hallados, pericias forenses para determinar sexo, edad aproximada y causa de muerte, además del análisis del tatuaje para intentar cruzar datos con eventuales denuncias de personas desaparecidas.
También se ordenó un relevamiento de cámaras y testimonios en la zona, que los vecinos describieron como un sector con basurales y poco control.
Mientras avanzaban las diligencias judiciales y científicas, el barrio sigue conmocionado por un episodio que comenzó como una rutina más de un perro curioso y terminó revelando un hecho de extrema gravedad, todavía rodeado de interrogantes.
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