Un episodio estremecedor conmociona a toda la provincia de Córdoba luego de que una bebé de un año y seis meses fuera internada en el Hospital Infantil Municipal con múltiples lesiones y bajo estricta custodia policial.
La intervención se activó cuando su padre llegó al centro de salud solicitando asistencia urgente tras advertir que su hija presentaba heridas visibles en diferentes zonas del cuerpo.
De acuerdo con la información oficial, la pequeña ingresó con un cuadro de dificultad respiratoria. Durante los estudios iniciales, los profesionales detectaron un dato alarmante: intoxicación por clorhidrato de cocaína, motivo por el cual se le suministró oxígeno de inmediato.

Además de la intoxicación, el equipo médico constató quemaduras en los dedos de la mano izquierda, traumatismos y signos evidentes de falta de higiene, lo que derivó en la activación automática del protocolo para casos de sospecha de maltrato infantil.
El padre, según detalló la Policía de Córdoba, aseguró haber retirado a la menor del cuidado de la madre poco antes de trasladarla al hospital y haber notado las lesiones al revisar su estado. Su testimonio forma ahora parte del expediente judicial.
Una vez estabilizada, la niña quedó internada con vigilancia policial permanente, mientras autoridades sanitarias confirmaron que recibe asistencia interdisciplinaria y se encuentra “estable dentro de un cuadro delicado”.

La investigación quedó en manos de la Fiscalía de Instrucción del Distrito Nº 3, Turno 4, a cargo del fiscal Eduardo Caselli, quien dispuso las primeras medidas para determinar el origen de las lesiones, el contexto familiar y las eventuales responsabilidades penales. La prioridad, por estas horas, es preservar la salud de la menor y avanzar en las pericias médicas, ambientales y testimoniales que permitan reconstruir cómo ocurrió el hecho.
Qué es el clorhidrato de cocaína y por qué es tan riesgoso
El clorhidrato de cocaína es una droga estimulante del sistema nervioso central que, en bebés y niños pequeños, puede generar efectos severos incluso en cantidades mínimas. Su presencia en el organismo puede provocar arritmias, dificultad respiratoria, convulsiones, alteración del estado de conciencia y fallas multiorgánicas.
En todos los casos, su detección activa protocolos médicos y judiciales inmediatos, debido al altísimo riesgo que representa para la vida y la salud de un menor.
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