La incertidumbre por la desaparición de Francisca Miranda, una joven hincha de Universidad de Chile que había viajado a la Argentina para alentar a su equipo en el cruce por la Copa Sudamericana contra Independiente, generó gran conmoción en las últimas horas.
Su familia, desesperada, había iniciado una búsqueda luego de perder contacto con ella en medio de los incidentes que se registraron en el Estadio Libertadores de América.
Finalmente, Miranda reapareció en las redes sociales y llevó tranquilidad a sus seres queridos y a la comunidad de fanáticos que se movilizó en torno a su caso.

A través de un breve video publicado en su cuenta de Instagram, la joven explicó: “Gente, muchas gracias por preocuparse. Gracias a Dios ya estoy mejor. Ojalá hubiera sido todo una pesadilla. No puedo responderles todos los mensajes pero les agradezco. No hicimos nada malo para que nos trataran como unas basuras”.
La reaparición de Francisca Miranda con su video significó un respiro en medio de la tensión que envolvió a toda la delegación visitante. Ya se iniciaron las investigaciones correspondientes sobre cómo se dieron los hechos que terminaron en tragedia en el segundo tiempo del partido.
El partido que terminó en escándalo
La Dirección de Competiciones y Operaciones de la Conmebol confirmó la cancelación del encuentro entre Independiente y Universidad de Chile “debido a la falta de garantías de seguridad por parte del club local y de las autoridades de seguridad”.
La medida, inédita en esta instancia del certamen, fue acompañada por un comunicado que detalló que el caso será derivado a los órganos judiciales de la confederación para definir el futuro de la serie.
El encuentro había quedado interrumpido a los 48 minutos con un marcador de 1-1, cuando la violencia en las tribunas desbordó el operativo. Desde el inicio, los simpatizantes chilenos habían arrojado proyectiles desde la bandeja superior, situación que derivó en un aviso por altavoces. Más tarde, la policía desalojó a gran parte de la parcialidad visitante luego de que encendieran butacas de la tribuna Pavoni.

Tras los hechos, Universidad de Chile emitió un comunicado en el que manifestó su “máxima preocupación por los hinchas afectados” y aseguró que “lo deportivo pasa a segundo plano” frente a lo ocurrido en Avellaneda.
“Una cancha no puede ser escenario de imágenes como las que fuimos testigos”, enfatizó el club, al tiempo que confirmó la cancelación del encuentro y la espera de una resolución por parte de Conmebol.
El encuentro se interrumpió a los 48 minutos, con el marcador igualado 1-1. Tras la decisión de la Conmebol de darlo por cancelado, será el Tribunal Disciplinario del organismo el encargado de definir tanto la multa como la sanción que recibirán ambos clubes.
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