Una nueva y preocupante modalidad de robo empieza a ganar terreno en la Ciudad de Buenos Aires y el conurbano: delincuentes que atacan a sus víctimas arrojándoles una sustancia en la cara para dejarlas indefensas y despojarlas de sus pertenencias en cuestión de segundos. El caso que se conoció en las últimas horas en Ciudadela, partido de Tres de Febrero, expuso crudamente el mecanismo y encendió la alerta entre vecinos y autoridades.
El hecho ocurrió alrededor de las 19.30, en la esquina de Madero y Podestá, una zona transitada y con parada de colectivo. Las cámaras de seguridad registraron cómo dos mujeres se acercaban a un hombre que caminaba por la vereda y, sin mediar palabra, le arrojaban un polvo en la cara. De inmediato, la víctima empezó a desorientarse hasta caer pesadamente sobre el asfalto.
En su cuenta de X, el periodista Mauro Szeta compartió el video con una descripción que sintetizó la gravedad del episodio: “LO DROGARON Y LE ROBARON TODO EN PLENA CALLE: el ataque fue consumado por dos mujeres. Fue en Tres de Febrero”. Las imágenes rápidamente se viralizaron y multiplicaron la preocupación de los vecinos, que hablaron de “miedo” y “sensación de desprotección”.
En C5N, el caso fue analizado en detalle. Desde el estudio relataron: “Ciudadela, 7:30 de la tarde, dos mujeres, la víctima, un hombre que caminaba por el cruce de Madero y Podesta, cayó al piso. Pero, ¿por qué cayó al piso? ¿Y por qué queda indefenso tirado en el medio de la calzada mientras estas dos mujeres le roban todo lo que tiene? Porque le tiraron algo en la cara: una nueva modalidad delictiva en este caso con este hombre como víctima y dos mujeres como ladronas”.
La periodista Pau Avellaneda, presente en el lugar del hecho, aportó más detalles sobre cómo se desarrolló el ataque. Señaló la parada de colectivos y reconstruyó la escena: “Esta es la parada de colectivo. Acá pasa el colectivo 1 que va hacia el lado de Morón y este hombre estaba esperando cuando estas dos mujeres llegan, le rocían la cara y el efecto es inmediato. Lo habrán visto en el video como él se cae primero. Ahí le sacan el celular y la billetera. Él intenta levantarse correr un poquitito. Se vuelve a caer en toda la cuadra. Se cayó cuatro veces”, describió.
El comportamiento de la víctima alimentó la hipótesis de que las delincuentes habrían utilizado algún tipo de sustancia química, todavía no identificada, capaz de provocar pérdida de fuerza, mareos e incluso desvanecimientos. Por el momento, no se descarta ninguna posibilidad: desde un spray con efecto anestésico hasta un polvo con componentes que se absorben rápidamente a través de las mucosas.
Fuentes policiales indicaron que la investigación quedó en manos de la fiscalía de turno y que las pericias sobre la ropa y el cuerpo del hombre resultaban fundamentales para intentar determinar qué producto le arrojaron. También analizaban cuadro por cuadro las grabaciones de las cámaras municipales y privadas de la zona para reconstruir el recorrido de las agresoras antes y después del robo.
Mientras tanto, el caso encendió las alarmas en otros distritos del Área Metropolitana, donde ya existían denuncias aisladas de asaltos con sustancias desconocidas, aunque sin registros tan claros como el de Ciudadela. Las autoridades insistieron en la importancia de hacer la denuncia inmediata ante cualquier episodio similar y recomendaron extremar recaudos en paradas de colectivos, estaciones de tren y veredas poco iluminadas.
Evitar hablar con desconocidos que se acercan demasiado, no permitir que nadie invada el espacio personal con excusas injustificadas y, ante la mínima sospecha, buscar ayuda en comercios o vecinos fueron algunas de las pautas de prevención que especialistas en seguridad sugirieron a la población.
El caso del hombre atacado en Ciudadela se convirtió así en un símbolo de una modalidad delictiva que, aunque todavía es investigada, ya se ganó un lugar entre los temores cotidianos de quienes se mueven a pie por la calle. La incógnita sobre qué le arrojaron a la víctima sigue abierta, pero una certeza se impone: la necesidad de anticiparse para que este tipo de ataques no se multiplique.
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