En un veredicto y sentencia que sienta un precedente significativo, el Tribunal en lo Criminal Nº 2 de Campana condenó a Claudio Raúl Contardi a 19 años de prisión efectiva por el delito de abuso sexual con acceso carnal agravado por causar un grave daño en la salud mental de la víctima, Julieta Prandi, de manera reiterada y en concurso real entre sí.
La sentencia, firmada por los jueces Dra. Lucía María Leiro, Dr. Daniel Claudio Ernesto Ropolo y Dr. Mariano Aguilar, ordenó además la inmediata detención del condenado, que se hizo efectiva en el día de ayer.
GENTE recorre el fallo histórico en relación a la causa número 6174 y resume, uno por uno, los argumentos que se tuvieron en cuenta a partir de los hechos ocurridos entre el 28 de julio de 2015 y marzo de 2018, en Belén de Escobar, provincia de Buenos Aires.

Un vínculo marcado por la violencia y el control: los detalles desgarradores
El tribunal basó su condena en una contundente cantidad de pruebas que resultaron concordantes entre sí, desestimando la versión de los hechos del imputado, quien sostuvo que "J.L.P. miente, que no tenían problemas, que estaban enamorados, que eran felices". El crudo relato de Prandi fue calificado por el tribunal como "contundente", "coherente", "no fantasioso ni exagerado", y brindado con "cierto detallismo" en un contexto de "angustia, llanto y dolor".
La víctima relató cómo conoció a Contardi en el año 2000, un primer noviazgo marcado por celos y control, que terminó con ataques de pánico. Años después, Contardi reapareció, mostrándose "más amable, más empático", hasta que formaron una familia.
J.L.P. describió un patrón de violencia psicológica, física y económica que la llevó a un estado de "cosificación" y sometimiento". Entre los detalles más desgarradores, relató que Contardi la agredía sexualmente mientras dormía, la tomaba del cuello o del cabello, y que al eyacular lo hacía en su cuerpo, llegando a ponerle semen en la boca con la mano y diciéndole "putita te gusta". Estos actos degradantes fueron considerados por el tribunal como un agravante que revela una mayor culpabilidad.

La víctima también detalló cómo Contardi la fue aislando de su familia y amigos, cambiando constantemente su teléfono, controlando sus salidas, llevándola y trayéndola personalmente o en remís de sus trabajos, e incluso mudándola a un country para alejarla de su entorno.
Además, se demostró un control económico extremo, incluyendo la administración de sus bienes mediante un poder general y la retención de su sueldo. Episodios como el ocultamiento de su celular y documentos en el freezer, y el corte de internet, fueron un detonante para su huida en 2019, escapando "con lo puesto" y sus hijos.
Así los expertos confirmaron el daño lacerante: "traumas de la magnitud de 'ir a la guerra'"
Los testimonios de los especialistas fueron cruciales para el fallo. El Dr. Rafael Herrera Milano, psiquiatra de J.L.P., declaró que la víctima inició tratamiento en 2022 con una "mirada particular", propia de quienes sufren traumas de la magnitud de "ir a la guerra". El especialista confirmó un Trastorno de Estrés Postraumático (TEPT) grave y consolidado, con resultados de 27 en la escala de ansiedad (grave) y 20 en la de depresión (severa), requiriendo medicación, incluyendo antipsicóticos.
El experto relató que la víctima sufría arcadas al recordar los abusos, especialmente los momentos de eyaculación, lo que consideró "poco común". El psiquiatra, además, afirmó que el daño a la salud de Prandi es "indudable y muy difícil de revertir", sin patologías previas que lo desencadenaran.
Por su parte, las psicólogas Claudia Silvana Crupi y Lic. Bárbara Tomasich, así como otros profesionales, también dieron cuenta del grave estado de salud de Julieta y las secuelas derivadas de los hechos sufridos, manifestando que su cuadro era "compatible con las vivencias que relataba". Coincidieron en que el relato de la víctima fue "coherente, lineal, sin fisuras ni contradicciones", y no encontraron signos de fabulación o mendacidad.

Un entramado de violencia y los testimonios de amigos y allegados
Tal como consta en el fallo que condenó a Contardi, familiares y amigos de Prandi corroboraron el patrón de control y aislamiento ejercido por el padre de Mateo y Rocco. Los padres de la víctima detallaron cómo Contardi les restringía el contacto con su hija y sus nietos, e incluso los estafó económicamente. Además, su hermana testificó sobre cómo el empresario gastronómico generaba conflictos familiares, sembrando discordia entre ellos.
Compañeros de trabajo como Mariano Peluffo y José Sebastián Waizer, y amigas como Lorena Inés Re y Paola Valeria Rojas, describieron el deterioro de la salud de la conductora, su estado de miedo y angustia, y las constantes "bombas" (problemas) que surgían en horario laboral, generalmente relacionadas con los hijos o el incumplimiento de Contardi en las cuotas alimentarias. Todos ellos declararon que les resulta impensable que Prandi pudiera realizar una falsa denuncia de un delito tan grave.
Por su parte, su actual pareja, Emanuel Ortega, declaró que la encontró "rota en todo sentido", con "miedos, fantasmas, la imposibilidad de bajar la guardia" y señaló el impacto devastador en los hijos, quienes volvían del tiempo con su padre "con una cara totalmente sacada, en silencio".
Este fallo reafirma la importancia de escuchar y validar el testimonio de las víctimas en casos de abuso sexual, especialmente cuando ocurren en la intimidad, y de considerar el contexto de violencia de género como un factor agravante fundamental. El proceso ahora continuará con la inscripción del condenado en los registros nacionales y provinciales de delincuentes sexuales.
Fotos: RS Fotos.


