Martín Lousteau, entre su postura anti-grieta y la intimidad de la dinámica familiar con Carla Peterson: "Tratamos de no mezclar mucho las cosas" – GENTE Online
 

Martín Lousteau, entre su postura anti-grieta y la intimidad de la dinámica familiar con Carla Peterson: "Tratamos de no mezclar mucho las cosas"

El economista y actual senador se postula como diputado nacional por Ciudadanos Unidos. En diálogo con GENTE, habla sobre sus propuestas para transformar el país, su rechazo a la grieta y cómo equilibra la vida pública con su rol como esposo y padre de Gaspar.
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Martín Lousteau vuelve a presentarse como candidato en las elecciones legislativas de este 26 de octubre, esta vez para diputado nacional por la Ciudad Autónoma de Buenos Aires en la lista Ciudadanos Unidos. Economista, exministro, exembajador y actual senador, Lousteau combina su extensa trayectoria política con una vida familiar que comparte con la actriz Carla Peterson y su hijo Gaspar, de 12 años.

Martín Lousteau tiene 54 años y actualmente es senador, pero es candidato para continuar su trabajo en la legislatura nacional como diputado.

En una charla con Revista GENTE, Lousteau cuenta por qué elije nuevamente ser candidato, esta vez en una lista que comparte con otros conocidos nombres como Graciela Ocaña, las ideas que lo movilizan a ser parte de la política y su posicionamiento respecto a la polarización partidaria.

¿Por qué volvés a ser candidato?

—Porque creo que hay otra manera de resolver los problemas que tiene Argentina. El país necesita tener superávit, pero la manera en la que está resolviendo el gobierno eso no es la adecuada. Hay provincias que muestran cómo se puede tener superávit sin afectar las jubilaciones, sin afectar la educación, sin afectar la obra pública. Creemos que hay otra manera de llevar estas cosas adelante.

Desde su rol como senador, Lousteau ha trabajado en temas que considera urgentes: educación en todos sus niveles, salud mental —especialmente entre jóvenes— y empleo juvenil. “Hay muchas cosas que hoy funcionan mal y hay que transformarlas”, señala.

A la hora de hablar qué define a un buen político, Lousteau insiste en que para cambiar el rumbo del país se necesita más que buenas intenciones: “Hay que estudiar los problemas, tener equipos que sepan más que uno en cada tema, y trabajar con profundidad y rigurosidad. Un buen político no pierde el contacto con la gente. Tiene que salir a caminar, hablar, entender qué está pasando”.

Recuperar la confianza en la política

Consultado sobre la baja participación electoral en los últimos comicios, Lousteau no esquiva el diagnóstico: “Hay razones justas para la apatía. Argentina no crece hace 50 años, la distribución del ingreso se deterioró, hay más pobreza, y lo que provee el Estado es cada vez más caro y peor. Eso hay que revertirlo”.

Al hablar de los diferentes espacios políticos que fue parte en los últimos 20 años, remarcó su perfil crítico así como una postura dialoguista.

Para él, la clave está en elevar la calidad del debate público y tomar el trabajo legislativo con seriedad. “Cuando uno es diputado, es uno entre 257. Lo que hay que hacer es estudiar los proyectos, aprobar los que están bien, proponer cambios cuando algo está mal, y votar en contra si son dañinos”, explica.

Lousteau también se refiere a la necesidad de construir consensos: “Siempre se habla de tener diez políticas de Estado. Yo digo: empecemos por una. Si logramos construir confianza en una mirada común, la segunda será más fácil, y así sucesivamente”.

Un rechazo frontal a la grieta

A diferencia de muchos dirigentes, Lousteau no se identifica con los extremos de la política argentina. Su recorrido lo demuestra: fue ministro de Economía (2007-2008) durante el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner, embajador en Estados Unidos (2015-2017) en el periodo de Mauricio Macri, y actualmente es el presidente del Comité Nacional de la Unión Cívica Radical.

“No creo en la grieta. En la grieta lo que se busca es que el otro no exista, y eso no va a pasar. El otro tiene ideas distintas, representa a otros. Lo que hay que hacer es encontrar puentes en común”, sostiene. Y remarca: "No se te va a contagiar una idea que no te guste. Las ideas no son un virus. Argentina necesita acuerdos grandes. Podemos empezar por la educación, el sistema tributario, la obra pública. Hay que hacer el ejercicio de construir confianza entre miradas distintas”.

En ese sentido, se muestra crítico con quienes, según él, no tienen vocación de diálogo: “Hay gente con buena intención en todos los sectores. Después están los otros, los corruptos, los Espert de la vida. Es mejor verlos rápido antes de que hagan más daño”.

La vida familiar con Carla Peterson

Lejos de la tensión y la seriedad al hablar de temas de política, el rostro y la expresión corporal de Lousteau se relaja y rápidamente sonríe al hablar de su esposa, Carla Peterson, una de las actrices más reconocidas del país, y de su hijo Gaspar. “Nos llevamos muy bien. Carla es como la ven ustedes: divertida, tranquila, buena persona. Es muy fácil convivir con ella”, cuenta.

Martín Lousteau se encuentra casado con Carla Peterson desde el año 2011.

La clave, detalla, está en la organización. “Cuanto más rápido avisamos al otro sobre nuestras actividades, mejor nos coordinamos. A veces mi trabajo tiene picos de intensidad, y el de ella también. Lo más difícil es cuando coinciden esos momentos”.

¿Se entrecruzan a veces los temas, la política en los proyectos de series o películas de Carla o la actuación en tu agenda de candidato o legislador?

—Tratamos de no mezclar mucho las cosas. Cuando ella es protagonista en su ámbito, no importa si es una presentación de una película, un preestreno o lo que sea, yo trato de no invadirlo. A veces vienen a hacerme preguntas sobre política y digo: "Hoy no hablo de eso". Y también es al revés. Lo que pasa que hay cosas de lo que hace el otro que por ahí nos gustan y queremos acompañarnos. Nos acompañamos mucho.

Al referirse a la paternidad, Lousteau habla con emoción sobre la etapa que viven actualmente: “Por ratos es un niño y por ratos es un pibe. Tratamos de inculcarle valores, de contenerlo. El celular y las redes sociales son una enorme oportunidad, pero también una fuente de muchos problemas. Es un cambio muy profundo que abre una brecha generacional grande”.

“Es lo más relevante, lo más importante, lo que más satisfacción me trae. Desde que nació Gaspar, los dos hacemos todo. Alternamos mucho porque a veces uno está muy ocupado y el otro tiene que hacerse cargo solo. Es un desafío, pero también una oportunidad para estar cerca y acompañarlo en su crecimiento”, reflexiona.

Un voto por el compromiso

Al cierre de la entrevista, Lousteau resume por qué cree que los porteños deberían elegirlo como diputado: “La gente que cree que hay otra manera de resolver las cosas puede ver en Ciudadanos Unidos cómo hacerlo. Hemos demostrado que decimos lo que pensamos, que trabajamos de verdad, y que cuando no estamos de acuerdo lo manifestamos”.



 
 

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