A los 54 años, murió Mariano Castro, hermano gemelo del recordado periodista Juan Castro, cuya muerte en 2004 conmovió profundamente al mundo del espectáculo y los medios argentinos. La noticia de su partida volvió a despertar la tristeza y la nostalgia por una familia muy querida, marcada por el talento, la sensibilidad y el amor por la comunicación.
Aunque siempre mantuvo un perfil más bajo que el de su hermano, Mariano también eligió el camino de la comunicación. Trabajó detrás de cámaras, vinculado a la producción y a la escritura, alejado del protagonismo televisivo pero siempre cerca de la palabra y de la reflexión. Quienes lo conocieron destacan su amabilidad, su inteligencia serena y su mirada cálida, rasgos que lo convirtieron en un compañero muy querido.
En 2021, había contado públicamente que atravesaba una enfermedad, aunque prefirió no dar mayores detalles. Desde entonces optó por transitar ese proceso con discreción, acompañado por su entorno más cercano. En los últimos años, su vida giró principalmente alrededor de su familia y, especialmente, de su hijo León, nacido en 2013 fruto de su relación con la actriz Mey Scápola.
Aunque la pareja se separó tiempo después, ambos mantuvieron un vínculo afectuoso y de respeto por el bienestar de su hijo. En sus redes, Mariano solía compartir fotos junto a León, reflejando la complicidad y el amor entre ambos. Quienes lo conocían aseguran que su hijo fue su motor, su mayor alegría y el centro de su vida.
La muerte de Mariano también revive inevitablemente la memoria de su hermano Juan, una de las figuras más queridas del periodismo argentino. Los hermanos compartían una conexión profunda, no solo física sino emocional, y quienes los conocieron aseguran que se entendían con solo mirarse.
La familia decidió mantener la reserva sobre los detalles del fallecimiento y las despedidas íntimas, pero el cariño del público se hizo sentir de inmediato. En redes sociales, amigos, colegas y seguidores compartieron mensajes de afecto y admiración hacia Mariano, recordando su calidad humana, su sensibilidad y su forma silenciosa de transitar la vida.
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