"Pensé que era una estafa": la insólita declaración de la dueña del cuadro robado por los nazis que apareció en Mar del Plata – GENTE Online
 

"Pensé que era una estafa": la insólita declaración de la dueña del cuadro robado por los nazis que apareció en Mar del Plata

Patricia Kadgien, hija de un financista nazi refugiado en Argentina, declaró ante la Justicia tras ser detenida por encubrimiento.
Redacción Gente
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El hallazgo de Retrato de una dama, una pintura robada por el régimen nazi en los Países Bajos en 1940, sacudió a la comunidad internacional. La obra pertenecía al comerciante de arte Jacques Goudstikker y desapareció tras la ocupación alemana en Ámsterdam. Ocho décadas después apareció en el living de una casa en Mar del Plata, propiedad de Patricia Kadgien, descendiente del jerarca nazi Friedrich Kadgien.

La historia salió a la luz cuando un periodista neerlandés detectó el cuadro en fotos publicadas en una inmobiliaria argentina. Al difundirse la noticia, Interpol y la Aduana intervinieron de inmediato.

En un primer allanamiento, la pintura no fue encontrada: en su lugar había un tapiz. Poco después, la mujer y su esposo, Juan Carlos Cortegoso, fueron detenidos de manera preventiva, acusados de entorpecer la investigación. Días más tarde, el cuadro fue entregado voluntariamente.

El cuadro fue entregado voluntariamente a la justicia.

La defensa de la heredera ante la Justicia

Ante la Justicia, Kadgien intentó explicar por qué escondió la obra en vísperas del procedimiento policial. “Pensé que era una estafa”, sostuvo. Relató que trasladó el cuadro entre 1989 y 1990 desde General Alvarado a Mar del Plata, y que siempre lo conoció como “el Monje”. “Era un retrato de quien yo entendí en aquel momento se trataba de un monje o alguna persona religiosa”, declaró.

Durante 35 años, la pintura —de 116 por 87 centímetros, con marco dorado de 13 cm— estuvo colgada en su living, entre dos veladores y sobre un sillón triple. La mujer aseguró que nunca la ocultó: “Jamás oculté dicho cuadro a terceros; aquel estuvo siempre visible en el living de mi casa e ignoraba por completo el presunto origen que se refería”.

La versión de Kadgien es que recién sospechó cuando en las últimas semanas comenzó a recibir llamados de un supuesto periodista. “Dejé de atender números desconocidos, di instrucciones a la inmobiliaria de retirar la casa de la venta y saqué todos los bienes de valor, porque ignoraba los alcances de estos llamados”, señaló.

El medio marplatense 0223 publicó la factura de la compra del cuadro.

La investigación busca establecer quién es el legítimo propietario de la obra, que según documentos fue adquirida en 1943, en plena guerra. La defensa de Kadgien remarcó que ella tenía solo 14 años cuando murió su padre y que no pudo haber tenido conocimiento del origen ilícito.

Resulta impensado que hubiese tenido conocimiento de la historia de este cuadro que ahora se intenta reconstruir”, afirmaron sus abogados.

La mujer también subrayó que su vivienda “es una casa de clase media, sin bienes suntuarios en su interior y frecuentada por amigos del matrimonio y de mis hijos”. Sin embargo, la causa judicial avanza por 'encubrimiento de robo en contexto de genocidio', mientras se espera que la Justicia argentina y las autoridades neerlandesas resuelvan el destino final de Retrato de una dama.



 
 

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