La Confitería del Molino volvió a abrir sus puertas tras años de remodelación. Este ícono de la arquitectura y gastronomía argentina fue la sede elegida para homenajear a un centenar de pasteleros y pasteleras por su huella en la cultura argentina.

El gran evento organizado por la Cámara de Confiterías de la Asociación de Hoteles, Restaurantes, Confiterías y Cafés de la Ciudad de Buenos Aires (AHRCC) y la Federación de Pasteleros, contó con la presencia de figuras de renombre como Donato de Santis, Osvaldo Gross, Dolli Irigoyen, Pamela Villar y Mauricio Asta.

Daniel Prieto, presidente de la AHRCC, destacó a El Molino como un ícono de la ciudad: “Aquí siempre se habló del producto, y los pasteleros son los responsables de eso. Todo establecimiento gastronómico o confitería depende de ustedes, del maestro pastelero, de las personas que llevan el producto a la gente”.
En otro tramo del acto, Luis Hlebowicz, Secretario General de la Federación de Trabajadores Pasteleros, afirmó: “Argentina es uno de los mejores países en pastelería en el mundo. No solo por el dulce de leche, que marca la industria nacional, sino también porque logra sintetizar las raíces españolas e italianas, y darle su propia impronta, de excelente nivel”.


También fueron reconocidos los integrantes del Equipo Pampa, la selección argentina de pastelería que representó al país en el último certamen mundial de la especialidad en Francia.
El homenaje a Felipe Malmoris, el pastelero que cumplió 102 años
Uno de los momentos más emotivos de la jornada se dio cuando se distinguió a Felipe Malmoris (102) por su labor como pastelero. El ex dirigente sindical integró en 1946 la primera comisión directiva del Sindicato de Trabajadores Pasteleros y, al día de la fecha, sigue siendo un apasionado de la profesión.

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