El miedo y la tensión dominaron este miércoles la vida escolar en la localidad mendocina de La Paz, cuando una adolescente de 14 años irrumpió armada en la escuela Marcelino Blanco, efectuó disparos al aire y se atrincheró durante más de cinco horas. El episodio, que mantuvo en vilo a toda la comunidad educativa, terminó con la entrega del arma y la derivación de la menor a un centro de atención.
Este jueves, una compañera de la joven protagonista del hecho habló públicamente y relató en primera persona el horror vivido. En diálogo con Eduardo Feinmann, en el ciclo Alguien tiene que decirlo (Radio Mitre), su testimonio estremeció a todos.
“Fue todo de repente porque nosotros salimos al primer recreo que fue para desayunar y en eso que toca el timbre, ella entra al baño y recarga el arma y ahí ella iba delante de mío y yo iba atrás con un celador y ella larga el primer tiro y yo con el celador nos agachamos y empezaron a correr todos”, contó la alumna.
El relato avanzó con detalles impactantes: “Yo no lo vi bien porque lo primero que hice fue agacharme. Escuché el ruido y me agaché y en eso entré llorando a mi aula, estaban todos gritando, llega la Policía, corta las calles, se ponen en una ventana de cada aula y nos dicen que nos agachemos porque ella andaba por las puertas de todas las aulas apuntándonos y en eso que bajaba el arma tiraba el tiro para abajo. Escuché tres tiros. Ella no decía nada. Ella andaba callada. Ella empezó a gritar cuando nosotros nos fuimos”.
La tensión creció cuando reveló que la adolescente pedía por una profesora: “Preguntaba por Raquel. ¿Quién es Raquel?”, indagó Feinmann. “Raquel es la profe de matemáticas. Y cuando ella entró al aula decía que si no le traían a Raquel, ella se podía matar”, respondió la estudiante.
Consultada sobre los motivos detrás de esa fijación, la joven explicó: “Ella (por la alumna que entró armada a la escuela) va a otra aula y los problemas con la profesora Raquel serían por diferencias. No sé si hacía diferencias con ella”. A lo que Feinmann repreguntó: “¿Le hacía bullying?”. La adolescente fue clara: “Creo que algo así había”.
En medio de la conmoción, la testigo sumó un dato revelador sobre la vida escolar de su compañera: “Ella hizo toda la primaria conmigo. Nunca tuvo problemas con nadie, ni siquiera la familia buscaba problemas, es una niña muy tranquila. Muchas amistades no tenía, no era amiguera. Pero lo que pasó es que muchos niños le hacen bullying en la escuela. A ella y a mí también. Yo pasé todo eso. Es por el tema del físico que nos hacen bullying y mi familia se fue a quejar pero en colegio no hacen nada. Ella tiene un pequeño retraso y se traba en el habla y a mí por el tema del físico que soy gordita”.
Las palabras de esta alumna reflejaron no solo el drama vivido en esas horas de terror, sino también una problemática más profunda: la del bullying escolar y la falta de contención hacia quienes son víctimas de discriminación.
Mientras tanto, la investigación continúa. La pistola 9 milímetros que utilizó la adolescente pertenecería a su padre, un comisario retirado de San Luis, y el caso ya está en manos de la Justicia. Pero lo que quedó marcado a fuego es el miedo de toda una comunidad y la necesidad urgente de revisar cómo se acompaña a los adolescentes dentro y fuera de las aulas.
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