La muerte de Diego Matías Kalilec, un gendarme de 21 años, volvió a encender las alarmas en las fuerzas de seguridad. El joven fue hallado sin vida este martes por la tarde en la vivienda que alquilaba en el barrio Centenario, en la ciudad de Santiago del Estero, y su fallecimiento sería el tercer suicidio de un integrante de una fuerza militar conocido en menos de 24 horas.
El hallazgo ocurrió minutos antes de las 18, cuando el propietario de la casa regresó al domicilio ubicado sobre la avenida Moreno, casi en la intersección con la calle Andes. Al pasar frente a una ventana, notó una escena extraña y, al acercarse, descubrió que su inquilino estaba suspendido en el aire, con una sábana atada al cuello. De inmediato dio aviso a las autoridades.
La fiscal de turno, Silvia Jaime Luna, ordenó preservar la escena hasta su llegada junto al médico de Sanidad y personal del Departamento de Homicidios y Delitos Complejos.
Los peritos de Criminalística confirmaron que Kalilec había atado uno de los extremos de la sábana a un caño de gas para quitarse la vida. Tras examinar el cuerpo, el médico determinó que la causa de muerte fue asfixia por ahorcamiento y que no presentaba otras lesiones externas.
Con el avance de las primeras diligencias, los investigadores comenzaron a reconstruir las horas previas al hecho. Según consignó el diario El Liberal, el joven gendarme se habría suicidado luego de protagonizar un violento episodio con su pareja, también integrante de la fuerza.
Hasta el lunes, Kalilec convivía con ella y con otros tres compañeros, pero en los últimos días se encontraba solo en la vivienda: los hombres habían sido trasladados y la joven se fue tras una discusión que terminó en una golpiza.
El testimonio de la pareja y el contexto de violencia
Al prestar declaración ante los investigadores, la joven —oriunda de Salta— todavía presentaba golpes visibles en el rostro. Según su testimonio, tras la agresión logró escapar y pasó la noche en la casa de una amiga. También confirmó que no era la primera vez que sufría episodios de violencia por parte de Kalilec, aunque nunca había realizado una denuncia formal por violencia de género y solo había comentado la situación a su madre.
En la habitación donde fue encontrado el cuerpo, los peritos secuestraron una carta que el gendarme habría escrito antes de suicidarse, además de una lapicera y un cuaderno.
Por orden de la fiscal, el contenido de la nota permanece bajo secreto de sumario. También fueron incautados su teléfono celular, la sábana utilizada y otros elementos de interés para la causa.
Fuentes cercanas a la investigación indicaron que Kalilec se encontraba de licencia al momento del hecho y que, de acuerdo con el protocolo de Gendarmería Nacional, no tenía en su poder el arma reglamentaria. La pistola 9 milímetros había quedado en la dependencia donde prestaba servicio.
Un caso que se suma a otras muertes recientes
La muerte de Kalilec generó profunda consternación entre vecinos, colegas y autoridades, y se suma a otros dos casos ocurridos en las últimas 24 horas. En Corrientes, Juan Pereyra, también integrante de una fuerza de seguridad, se habría quitado la vida por ahorcamiento. En tanto, en la Quinta de Olivos, Rodrigo Gómez, de 21 años, murió por un disparo en la cabeza mientras cumplía funciones de seguridad.
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