Se cumplen 15 años del Matrimonio Igualitario en Argentina: “Nos casamos al año de ser novias porque la historia lo pedía” – GENTE Online
 

Se cumplen 15 años del Matrimonio Igualitario en Argentina: “Nos casamos al año de ser novias porque la historia lo pedía”

Pamela Visciarelli y Mariana Blanco
El 15 de julio de 2010, nuestro país se convertía en el primero de Latinoamérica en sancionar la ley que permitió que personas del mismo sexo puedan casarse y accedieran a derechos previamente reservados a parejas heterosexuales. En diálogo con GENTE, Pamela Visciarelli y Mariana Blanco, madres de dos hijas, recuerdan cómo ese día les cambió la vida.
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En 2010, Argentina se convirtió en el primer país de América Latina en legalizar el matrimonio igualitario. Con 33 votos afirmativos, 27 negativos y 3 abstenciones en el Senado, hace exactamente 15 años se sancionaba la Ley de Matrimonio Igualitario, también conocida como la 26.618, que habilita a las personas del mismo sexo a casarse, equiparando los efectos y requisitos con los matrimonios entre personas heterosexuales.

Desde entonces, miles de parejas del colectivo LGBT+ accedieron a derechos largamente postergados. Pamela Visciarelli (36) y Mariana Blanco (48) fueron una de esas primeras uniones. Hoy, con dos hijas (Eva y Juana, a quienes gestaron a través del método ROPA) y una historia de amor atravesada por la militancia, recuerdan cómo ese sí ante la ley fue mucho más que un casamiento: fue la puerta a "la familia que muchos decían que no podía existir".

Pamela Visciarelli y Mariana Blanco, la activista y la DT de fútbol, en el día de su boda, en 2011, apenas unos meses luego de la sanción de la Ley de Matrimonio Igualitario en Argentina.

Pamela y Mariana, dos madres argentinas: “Si llegábamos al año juntas, nos casábamos”

Se conocieron jugando al fútbol. Mariana era directora técnica; Pamela, jugadora. Se enamoraron en las canchas y al año exacto de ponerse de novias, se casaron. No fue casualidad ni romanticismo acelerado: era 2011, y el país todavía estaba conmovido por la sanción de la Ley de Matrimonio Igualitario. Lo recuerdan así en diálogo con GENTE: “Fue una lucha hermosa, un derecho adquirido. Nuestro país fue el primero de América Latina y eso nos impulsó a festejar el amor”.

La fiesta, en Plaza Serrano, contó con un brindis entre familias que se conocían por primera vez, con la madre de Pamela, recién salida del hospital, emocionada. "El hospital nos ayudó a organizar parte de la celebración para que ella pudiera asistir. Fue muy emotivo", relatan. Todo era simbólico. Hasta la jueza del civil improvisó un acto inolvidable: “Las declaro unidas en matrimonio”, dijo, y todo fue ovación. “Ese día nos dimos cuenta de que el amor también puede tener forma de ley”.

La libreta de casamiento de las Visciarelli-Blanco que, por supuesto, incluye los nacimientos de sus hijas Juana y Eva.

El día en que "todos fuimos iguales ante la ley", la sociedad fue un poco más justa, comparten. "Nuestra familia dejó de ser un sueño para convertirse en la más hermosa realidad", explican Pamela y Mariana. Eso sí: la fecha en que se sancionó la Ley de Matrimonio Igualitario (15 de julio de 2010) no fue exactamente igual para ambas.

Una fecha que cambió la historia para siempre y el sueño de volver a casarse ante sus hijas

Pamela rememora: "Por ahí para Mariana, que estaba tan negada porque era de otra generación, fue un día más. Pero para mí cambiaba un montón de cosas: era la ley en la que discutía si podíamos ser familia o no. A partir de ahí todos íbamos a ser un poco más felices, porque no fue para que haga daño a alguien o para que nadie pierda algún derecho".

Hoy, 14 años después de su boda, sueñan con volver a casarse para que sus dos hijas puedan disfrutar la celebración y puedan llevar los anillos. "Nos gustaría por el tema de reunir a las familias, que nos apoyan un montón. Somos lo único que tenemos y es hermoso cuando nos juntamos todos a compartir. Creemos que si la celebración existiera en un futuro, sería así: con toda la familia, que hoy se agrandó mucho más, porque tienen muchos primos".

"Nos casamos al año de conocernos. Fuimos novias sólo un año y un día, más precisamente", señalan Pamela Visciarelli y Mariana Blanco, quienes tras una larga lucha por la maternidad, lograron hacer realidad la familia con la que soñaban.

Dos princesas que lucharon contra dragones y dieron su revolución amorosa

Ese fue el primer sí. Después vendrían otros: a la maternidad, al deseo, a la visibilidad. Hoy son madres de Juana y Eva gracias al método ROPA (Recepción de Óvulos de la Pareja), un tratamiento de fertilización asistida de alta complejidad.

Ellas lo cuentan en detalle: “Una aporta los óvulos, la otra recibe el embrión. Se usó semen de banco y se crearon ocho embriones. A Mariana le transfirieron dos, y uno prendió: Juana”, cuentan. “Cuando nos casamos, ni soñábamos con tener hijas. Creíamos que no era para nosotras. Que las lesbianas no podían formar familias. Y sin embargo, acá estamos”, rememora Pamela.

Cuando Mariana quedó embarazada de Juana, no imaginaban que años después Pamela sería quien gestaría a Eva. “No sabíamos ni que existía esta posibilidad”, confiesan. Pero gracias a la empatía y el acompañamiento de una médica –Liliana Blanco, que hasta se llama igual que la madre de Mariana– descubrieron que la ciencia también podía estar del lado del deseo.

Su historia quedó plasmada en un libro infantil que escribió Pamela, titulado: Sí, dos mamás. Un cuento con dos princesas, castillos y dragones que simbolizan los prejuicios, las leyes, los no que supieron enfrentar. “Lo escribimos porque en los cuentos que leíamos con Juani siempre había una mamá y un papá, o una elefanta y un elefante. Nunca dos mamás”, sostienen.

“Hoy nuestras hijas van al colegio, tienen primos, hacen tareas, ríen, lloran, viven. Nosotras somos simplemente una familia más. Pero también somos una familia que muchos decían que no podía existir. Y acá estamos”, se plantan orgullosas.

15 años después: ¿qué cambió y qué falta?

“La Ley de Matrimonio Igualitario fue el primer paso. Después vino la de fertilización asistida. Pero aún falta. Las instituciones todavía no están listas para las maternidades no gestantes. Falta formación, falta empatía. Pero avanzamos”, dicen.

También hay retrocesos. “Cuando ves que prenden fuego una casa de dos mamás, o que un adolescente piensa en quitarse la vida por ser gay, sabés que la lucha sigue”, reflexionan. Y agregan: “La visibilidad salva. Si alguien ve nuestra historia y se anima a cumplir la suya, ya valió la pena”.

Hoy acompañan a quienes, como ellas, sueñan con formar una familia diversa. Rompieron el molde, pero también lo enseñan a quienes vienen detrás. Lejos de romantizar su historia, comparten al cerrar: “No todo fue fácil. Hubo muchos negativos, muchos obstáculos. Pero entendimos que cada no era un paso más hacia el 'sí'. Y así llegamos hasta acá”.

Fotos: Cande Petech
Retoque fotográfico: Julieta Scavino
Video: Cande Petech y Ramiro Palais



 
 

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