Un jurado federal de Manhattan emitió este miércoles un veredicto mixto en el juicio contra Sean “Diddy” Combs. El magnate musical fue hallado culpable de dos cargos de transporte para prostitución, según la ley Mann de 1910, pero absuelto de los delitos más graves de conspiración de crimen organizado y tráfico sexual por coacción, según confirmó un portavoz judicial a los medios locales.
El proceso, que comenzó el 5 de mayo, se prolongó durante siete semanas. La fiscalía presentó a 34 testigos, entre ellos su exnovia Cassie Ventura —quien relató episodios de abuso físico y coerción durante sus relaciones— y la testimonio bajo seudónimo de otra mujer identificada como “Jane”. También declaró el rapero Kid Cudi, quien relató episodios de violencia y agresiones en el entorno de Combs.
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Aunque fue absuelto en los cargos que podían implicarle cadena perpetua, el jurado determinó que, en dos ocasiones, transportó a mujeres entre estados con la intención de ejercer la prostitución, lo cual constituye un delito grave bajo la ley Mann. Estos cargos conllevan una pena máxima de 10 años de prisión cada uno, aunque los fiscales estiman una condena de entre cuatro y cinco años.
La decisión del jurado refleja la complejidad del caso. Expertos legales entrevistados por medios como The Washington Post señalan que, aunque la fiscalía presentó pruebas contundentes sobre la existencia de encuentros sexuales organizados e incluso violentos, no logró revestirlos de la estructura legal necesaria para probar la existencia de una empresa criminal organizada o tráfico sexual forzado.
Tras conocer el veredicto, el juez Arun Subramanian negó la fianza del productor, argumentando que representa un peligro para la comunidad, debido a antecedentes de violencia —como una grabación que mostraba a Combs agrediendo a Cassie en un hotel en 2016— y la gravedad de los cargos. Combs permanecerá detenido hasta la audiencia de sentencia programada para el 3 de octubre, aunque la defensa está impulsando una apelación para lograr su libertad bajo fianza.
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Las reacciones al veredicto fueron divididas. Sus abogados celebraron que el jurado desestimara los cargos más pesados y calificaron la decisión como una “gran victoria para el sistema judicial” . En cambio, la fiscalía subrayó la valentía de las víctimas y anunció que apelarán buscando una condena más dura.
El impacto mediático fue inmediato: el juicio desgarró la imagen pública del productor, evidenciada por la rescisión de acuerdos comerciales y una fuerte presión sobre su imperio musical. El caso también abrió un debate sobre los límites legales para abordar relaciones íntimas dentro del marco de la ley contra el crimen organizado y tráfico humano.
Con múltiples demandas civiles en curso —incluida la ya resuelta por Ventura con un acuerdo millonario—, Combs todavía enfrenta un panorama legal turbulento. Su permanencia en prisión hasta octubre y la posibilidad de un veredicto reprobatorio en apelación mantendrán en vilo tanto su futuro penal como su legado artístico.
