En mayo pasado, el barrio porteño de Coghlan se convirtió en epicentro de una noticia tan inesperada como conmocionante: durante la demolición de una vieja propiedad aparecieron los restos de Diego Fernández Lima, un joven desaparecido en 1984. El hallazgo se produjo en una fosa, debajo de una medianera, a pocos metros de una casa en la que vivió Gustavo Cerati entre 2001 y 2003.
Hasta ahora, la reconstrucción de los hechos se centraba en datos judiciales, testimonios de familiares y excompañeros de colegio de la víctima, quienes apuntan al vecino de esa casa, Cristian Graf, también estudiante de la ENET N°36, donde estudiaba Diego.
Sin embargo, en las últimas horas, una declaración cambió el foco: Rolando, uno de los albañiles que trabajó en la obra, habló públicamente y reveló un detalle que, para él, resultó extraño desde el primer día.
En diálogo con La Nación +, el obrero recordó: “Tenía prohibido tirar un arbolito que estaba cerca de la medianera. Desde un principio me dijeron que ese arbolito trate de esquivarlo. Primero me lo pidieron de la constructora y después, el día que yo estaba haciendo ya la marcación para la medianera, es donde se acerca este hombre (por Cristian) y justamente a mí no me dice, pero vuelve a recalcar el tema del arbolito, que tengamos cuidado con el arbolito”.
El conductor del noticiero, Horacio Cabak, le preguntó entonces a Rolando: “¿Y qué tan cerca estaba el árbol de donde aparecieron los restos?”. La respuesta del albañil fue cautelosa pero clara: “Y te digo, mirá, con esa exactitud no te voy a mentir, pero estaba bastante cerca, un poquito más adelante de la pileta”.

Según contó el trabajador, las instrucciones le llamaron la atención en su momento, aunque no sospechó de nada hasta que comenzaron las tareas que terminarían revelando la verdad.
El hallazgo de los restos de Fernández Lima, ocurrido casi 40 años después de su desaparición, sigue siendo investigado por la Justicia. Mientras tanto, testimonios como el de Rolando suman piezas a un rompecabezas que mezcla memoria, dolor y misterio.
En el barrio, la noticia aún resuena. Vecinos recuerdan que el terreno había estado desocupado por años y que la demolición fue rápida. Lo que nadie imaginaba era que, bajo la tierra y a pocos metros de un arbolito aparentemente inofensivo, descansaban las huellas de un caso que marcaría a una familia y a toda una comunidad.
Qué dijo un excompañero de Diego Fernández Lima y Cristian Graf
Esta semana, horas después de que se conociera la citación a indagatoria de Cristian Graf por el crimen de Diego Fernández Lima, otro excompañero de la ENET N°36, hizo una fuerte denuncia pública en América Noticias.
“Era bastante problemático, intentó violarme en el baño del colegio”, afirmó sin titubear sobre Fernández Lima.
Farías contó que tenía 14 años y que Diego, un año mayor por haber repetido de curso, “se quiso aprovechar” de él en los baños de la escuela ubicada en Ballivián y Donato Álvarez.
“No sé cómo hice, pero logré sacarlo de encima”, recordó. El hombre, además admitió que nunca se lo dijo a sus padres y que recién ahora decidió hacerlo público, motivado por el hallazgo y el avance de la causa.
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