El triple crimen de Brenda del Castillo, Morena Verdi y Lara Gutiérrez volvió a sumar un capítulo revelador y macabro. En las últimas horas se conoció un nuevo móvil que, de confirmarse, podría explicar la brutalidad con la que fueron ejecutadas las tres jóvenes en Florencio Varela: el robo de 400 kilos de cocaína.
El dato salió a la luz durante el mediodía del jueves, cuando Guillermo Endi, abogado defensor de Lázaro Víctor Sotacuro y de su sobrina Florencia Ibáñez, deslizó que el trasfondo del triple femicidio fue una venganza narco por la desaparición de un cargamento millonario de droga.

El periodista Paulo Kablan aportó detalles en televisión: “El abogado contó que el móvil del crimen serían 400 kg de cocaína robada. Es un montón... La historia es así. Una de las chicas, la menor, Lara, de 15 años, tiene un noviecito fuera de la villa pero con vinculación delictiva con una banda de narcomenudeo y ella tiene relación también por su actividad con otro integrante de otra banda dentro de la villa”.
Según este relato, la adolescente habría sido el nexo entre dos mundos. “En uno de esos días que está con este segundo personaje, ve que en el lugar había un cargamento importante de cocaína y se lo cuenta a su noviecito de afuera y le dice: ‘ayúdame, marcame el lugar’. Él le dijo: ‘Dale alguna pastilla para que se duerma’”, agregó Kablan sobre la mecánica del robo.

La hipótesis sostiene que, tras ese dato, el cargamento desapareció. “No lo sé, pero pudo haber pasado la información... Le dijo dónde estaba y de una forma u otra fueron y le robaron la droga y la droga desapareció y al jefe le llegó y falta droga y háganse cargo. Y el que estaba a cargo del lugar de la seguridad era Pequeño Jota y su gente”, continuó el periodista especializado en policiales.
El supuesto botín, valuado en millones de dólares, habría sido suficiente para desatar la furia de los narcos. La brutalidad con la que fueron secuestradas, torturadas y asesinadas Brenda, Morena y Lara encajaría, según los investigadores, en la lógica de un ajuste mafioso.

El abogado Endi no solo dejó en evidencia la magnitud del negocio detrás del crimen, sino que también planteó la compleja red de vínculos entre las víctimas y distintos actores del narcomenudeo en el Conurbano bonaerense. Lara, la menor de apenas 15 años, habría sido usada como “marcadora” involuntaria en una guerra que terminó costándole la vida a ella y a sus amigas.
Qué pasa con Pequeño J
Mientras tanto, “Pequeño J”, detenido en Perú, sigue señalado como el principal responsable de la seguridad del cargamento perdido y, por lo tanto, como uno de los que debió responder con sangre a los jefes narcos.
El nuevo móvil pone en perspectiva la ferocidad del triple femicidio y exhibe la crudeza de un negocio en el que las traiciones se pagan con la vida. Tres chicas de Ciudad Evita habrían quedado en el medio de una trama de droga, dinero y venganza, donde 400 kilos de cocaína desaparecida se convirtieron en la llave de la masacre que conmovió al país.
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