Un episodio de máxima tensión y angustia sacudió este miércoles a la localidad mendocina de La Paz. En la escuela Marcelino Blanco, una alumna de 14 años ingresó armada, disparó dos veces al aire y se atrincheró en el establecimiento durante más de 5 horas. La escena, registrada por estudiantes desde sus aulas, generó pánico entre familias y docentes, y obligó a la intervención de los grupos especiales de la Policía de Mendoza.
El hecho se inició pasadas las 9:30 de la mañana, justo cuando los alumnos volvían a clase tras el primer recreo. La adolescente, estudiante de segundo año, salió del baño con un arma calibre 9 milímetros —que, según se sospecha, pertenecía a su padre, un comisario retirado de San Luis— y sorprendió a todos. Según testigos, llegó a apuntar fugazmente a algunos compañeros antes de atrincherarse en el patio de la escuela.

Con el correr de los minutos, el pánico creció. Dos estruendos retumbaron en el edificio cuando la adolescente efectuó disparos al aire, generando aún más miedo en quienes estaban adentro. Las imágenes y sonidos comenzaron a circular en redes sociales, sumando preocupación entre familiares y vecinos.
La negociación que duró horas
Ante la gravedad de la situación, las autoridades activaron de inmediato los protocolos de emergencia. El Grupo de Resolución de Incidentes y Secuestros (GRIS) y el Grupo Especial de Seguridad (GES) fueron los encargados de la negociación. Marcelo Calipo, jefe de la Policía de Mendoza, detalló cómo se trabajó en esas horas límite:
“Los negociadores están capacitados para abordar situaciones complejas tanto para mayores como para menores. Ellos, antes de entrar en su campo de acción, se interiorizan. En este caso, lo hicieron con el equipo interdisciplinario del colegio, los directivos y el jefe de la jurisdicción que estuvo ahí desde el primer momento”, explicó.
Consciente de la singularidad del hecho, Calipo remarcó el dato que más los estremeció durante las tareas de mediación: “Se trata del primer caso de atrincheramiento de un menor, en este caso una niña, tanto en Mendoza como en el país. Y creo que es el segundo en Latinoamérica”.
Una presión inédita
Ese dato cambió por completo la carga emocional del operativo. “Estábamos ante la presencia de una niña. Las palabras tenían que ser lo menos agresivas o chocantes posibles. Era una criatura de 14 años”, señaló Calipo.
El operativo se extendió hasta la tarde. Finalmente, la adolescente depuso su actitud, entregó el arma y fue derivada a un centro de atención para recibir contención psicológica. Milagrosamente, no hubo heridos ni víctimas que lamentar.

Reflexión y conmoción social
El caso dejó una marca profunda en la comunidad mendocina y en el país entero. Padres, docentes y autoridades reflexionaron sobre la necesidad de acompañar más de cerca a los adolescentes y prestar atención a sus señales de alarma.
La noticia de que se trató de un hecho inédito en Argentina y uno de los pocos registrados en toda Latinoamérica dio dimensión al miedo y la presión que se vivió durante esas largas horas. En La Paz, la jornada escolar quedó suspendida y, todavía hoy, el eco de los disparos resuena en la memoria de quienes estuvieron allí.
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