La provincia de Misiones se encuentra conmocionada por el crimen de Marisa Cuña, de 47 años, asesinada de dos disparos por su expareja, Marcelo Da Rosa, en el barrio Ceferino de San Vicente. El caso tomó una dimensión desgarradora cuando se conoció la brutal confesión del acusado: frente a su propio hijo, reconoció haber matado a la mujer.
Según relató Rafaela Cuña, hermana de la víctima, a el medio local Misiones Online, fue el hijo mayor de la pareja quien descubrió la escena. El joven encontró una bolsa negra en el depósito de la casa y, al pedir ayuda a su padre, recibió una respuesta escalofriante: “Es tu mamá. Yo la maté, le di dos tiros”.
El adolescente, en shock, había bajado a la perrita de la familia que estaba encerrada dentro de la vivienda y, en ese momento, se topó con el cuerpo de su madre. La revelación del femicida selló una tragedia que se venía gestando desde hacía tiempo, marcada por amenazas y violencia.
Un historial de violencia y amenazas
Rafaela recordó que su hermana ya se había separado de Da Rosa, habían dividido los bienes y ella planeaba mudarse el sábado siguiente. Sin embargo, el hombre no aceptaba la ruptura y cada vez que Cuña intentaba alejarse, la amenazaba.
“Siempre le dijimos que hiciera la denuncia, porque cada vez que quería separarse, él la amenazaba”, señaló la hermana de la víctima.
Ese jueves, la rutina de Marisa se interrumpió: debía llevar a su hijo al colegio y luego ir al gimnasio, pero nunca llegó. A las seis de la mañana había enviado un mensaje a su hermana, el último antes del crimen. Según la policía, el hecho ocurrió entre la mañana y el mediodía sin que ningún vecino escuchara los disparos.
La fuga y la búsqueda de Marcelo Da Rosa
Tras el femicidio, Da Rosa escapó. La última pista de su paradero fue a las 14:40, cuando cargó combustible en una estación de servicio camino a El Soberbio y tomó la Ruta provincial 13. Las autoridades de Argentina y Brasil montaron un operativo de búsqueda con controles en pasos fronterizos, rastrillajes en zonas rurales y uso de drones.
Pese a la hipótesis de que había cruzado a Brasil, sus familiares en Teniente Portela aseguraron que no lo habían visto. Sin embargo, la tensión crecía mientras la Policía intensificaba los operativos.
El viernes, finalmente el hombre fue detenido por efectivos policiales cuando realizaba una compra en un local comercial. En el lugar se incautaron elementos clave para la investigación. La causa quedó en manos del Juzgado de Instrucción Tres de San Vicente, a cargo del juez Gerardo Casco.
Los investigadores habían encontrado en la escena vainas servidas y otras pruebas que confirmaron que Marisa Cuña murió por disparos de arma de fuego.
La hermana de la mujer la describió como alguien solidario y presente: “Para mí era la mujer más buena del mundo. Siempre estaba para mí y mis hijos. Ahora me toca terminar de cuidar de ella. Era todo para mí y para ellos”.
Mirá También
