El Bugatti inspirado en un caballo que rompe todos los récords – GENTE Online
 

El Bugatti inspirado en un caballo que rompe todos los récords

Bugatti Brouillard
El Brouillar es un hiperdeportivo único que combina tradición ecuestre y 1.600 CV de potencia.
Autos y Motos
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En Bugatti las palabras no se eligen al azar. “Brouillard” significa niebla en francés, pero en Molsheim remite a otra imagen: la de Ettore Bugatti llegando al taller con botas de montar, mientras su caballo favorito -llamado precisamente Brouillard- trota en el patio. No es casualidad que las calandras de la marca recuerden a los estribos de una silla de montar. El vínculo ecuestre viene de fábrica, y este nuevo hiperdeportivo lo reivindica con la misma elegancia con la que un pura sangre entra al hipódromo.

Bugatti Brouillard
El Brouillard mantiene el motor W16 de 1.600 CV, una obra maestra de ingeniería.

El Brouillard no nació para llenar escaparates. Nació para cumplir un capricho. Bugatti ya había jugado con la idea de piezas únicas, como La Voiture Noire, pero con el programa de personalización Solitaire busca algo distinto: satisfacer a esos clientes que quieren que su auto sea tan irrepetible como su firma.

De lejos, es Bugatti sin lugar a dudas. De cerca, rompe ciertos códigos. Desaparece la icónica “C Line” lateral, presente hasta el Chiron, y el conjunto se siente más bajo y compacto. El frente recuerda al Tourbillon, con una parrilla más inclinada y faros en forma de gruesa L que parecen cuchillas de luz. La trasera, más curvada, luce un alerón fijo que no negocia con el viento, y un difusor que podría sostener un avión en pista.

El techo panorámico de cristal es el punto de fuga: abre el cielo en un modelo que, por proporciones, se asemeja al Mistral… pero no lo es. Las entradas de aire, incluida la doble toma en el techo, y el trabajo aerodinámico minucioso revelan que no se trata de un simple juego estético, sino de una ingeniería pensada para que el Brouillard sea un enemigo del viento.

Bugatti Brouillard
El interior mezcla cuero verde, tartán y fibra de carbono, todo hecho a mano.

El interior es otro capítulo de excentricidad calculada. Un verde pistacho que no teme al juicio de la crítica cubre butacas hechas a medida, mientras las puertas exhiben paneles en tartán y la consola vertical contrasta con aluminio pulido y fibra de carbono. Cada elemento está trabajado a mano según las instrucciones del comprador, porque aquí no hay opción “base” ni “full”: hay una sola versión, la que elige el cliente.

No hay sorpresas mecánicas: chasis conocido, motor W16 quad-turbo de 1.600 CV, transmisión de doble embrague y tracción integral.

Bugatti Brouillard
Es el primer modelo del programa Solitaire, dedicado a creaciones únicas.

Bugatti no habla de cifras. Pero si el Tourbillon arranca en 3,8 millones de euros antes de impuestos y opciones, todo apunta a que el Brouillard roza o supera los 5 millones. Lo suficiente para que los rumores lo ubiquen como el Bugatti más caro de la historia… hasta que llegue el próximo encargo del programa.

En un mercado donde la exclusividad se mide en ceros y en titulares, el programa Solitaire tiene el potencial de convertir cada nuevo modelo en un evento.



 
 

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