Comenzó haciendo "canje de mermeladas" y se convirtió en el líder de una agencia que es furor entre las celebrities y las marcas: la historia de Nico Reydel – GENTE Online
 

Comenzó haciendo "canje de mermeladas" y se convirtió en el líder de una agencia que es furor entre las celebrities y las marcas: la historia de Nico Reydel

El creador de WeCan (antes JECAN), le cuenta a GENTE cómo logró profesionalizar el canje y, en sólo 6 años, transformar esa palabra y su emprendimiento en algo mucho más grande.
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A los 15 años, mientras muchos adolescentes debatían entre materias y salidas con amigos, Nico Reydel descubría que sus inquietudes eran otras. Le gustaba romper las reglas, y a la vez, mostraba su lado más creativo y artístico desde muy joven, comenzando clases de actuación.

Hoy, tocando sus 30 años, es licenciado en Comunicación Publicitaria e Institucional y CEO de WeCan (ex JECAN), una de las agencias de marketing de creadores más relevantes de la escena local, resultado de una mezcla de intuición y olfato para las oportunidades.

Nico se formó en la Universidad Católica Argentina, pero en ese entonces no pensaba que podía dedicarse al marketing: “Quería actuar y cantar. El marketing era una herramienta para venderme a mí mismo”, recuerda en charla con GENTE. Su camino estuvo lleno de experiencias increíbles, pero a su vez diferentes entre sí. Pasó de ser productor de castings en Saigón (donde veía más de 300 castings por día), a actor protagonista en una serie o cantante pop que en un año pasó del anonimato al escenario del Lollapalooza.

Y aunque muchos lo conocieron por su exposición pública, él no se reconoce como influencer: “No siento serlo. Cuando las marcas me llamaban era consecuencia de mi exposición como actor o cantante. Hoy mi rol es otro: soy creador y gestor. Prefiero acomodar las luces y que brillen los demás... Si estás en stories existís. Un flash pero es así. Si alguien quiere gastar el mango, posiblemente lo haga en lo que tiene en la cabeza, lo que vio en su celu en los últimos dias, no podés comprar lo que no sabés que existe", asegura.

Cerca de sus 30 años, Nico Reydel dirige WeCan, la agencia de celebrities e influencers en Argentina.

-¿Cómo eras de chico?

-Observador. Siempre estuve en mi mundo. Mientras otros jugaban al fútbol, yo me iba aparte, a la huerta, al arenero, a mirar desde afuera. Mientras ellos seguían reglas, yo probaba qué pasaba si las rompía, siempre fui bastante disruptivo, y a veces demasiado... Una vez casi prendo fuego el colegio sin querer, ahí se me fue la mano. Por suerte quedó en anécdota (risas).

-¿Soñabas con estar relacionado al mundo de las cámaras?

-Siempre quise producir algo lindo para los demás, desde disfrazarme en el garage de la casa de mi abuela para hacerle un show a mi familia en los asados del domingo, hasta ir con los pelos parados al colegio pese a cualquier cosa que me digan. A los 15 años empecé actuación, ahí se me abrió un universo, con gente que le gustaba lo mismo que a mí. Al final no era tan particular, sólo faltaba encontrar mi tribu, había otros como yo.

De actor a creador: la vocación detrás de la cámara

-¿Cómo llegaste a convertirte en influencer y luego emprendedor?

-No siento ser influencer, sólo tuve un momento de mayor exposición cuando actuaba y cantaba, que algún día quizás vuelva a hacerlo, y que las marcas me llamen para publicitarlas era consecuencia de eso. No siento haber tenido una comunidad en sí para ese entonces, sino que una cosa llevaba a la otra. Hoy por hoy, tengo exposición por estar al lado de personajes mega conocidos, pero entiendo que mi rol en este momento es de creador y gestor. No hago match con las luces si no tengo nada para contar, prefiero acomodarlas y que brillen los demás. Es la primera vez que me siento a hablar de la agencia después de 6 años de crearla. Entiendo mi rol, pruebo.

-¿Es verdad que no pensabas que podías vivir del marketing?

-Así es. Soy Licenciado en Comunicación Publicitaria e Institucional, estudié en la Universidad Católica Argentina, me recibí a los 21 años. Ahí no quería saber nada con el marketing, más que tener algunas herramientas para venderme a mi mismo, porque yo quería actuar y cantar. Estudié muchos años actuación con Julio Chávez y de ahí surgió la oportunidad de escribir, dirigir y producir mi primera obra de teatro mientras me estaba recibiendo, de un material que surgió en clases con él. Y la estrenamos en El Camarín de las Musas en aquel momento.

La pandemia lo impulsó a crear JECAN, un proyecto que empezó como un "chiste" (el nombres es "canje" al revés) y hoy es WeCan, referente en marketing de celebrities e influencers.

-¿Y esa pasión por la publicidad de donde surgió?

- Siempre tuve una pulsión emprendedora desde chico, desde vender jugos en la ventana de casa con mi hermano para los vecinos de la cuadra, hasta hacer un delivery de sushi para mis amigos en la secundaria, hice de todo. A los 18 empecé a trabajar por varios años como productor de castings en Saigón, la productora de castings más grande de Argentina, en donde aprovechaba y también me autopresentaba para hacer publicidades como actor, ahí veía mucha gente todos los días, actores de todo tipo, veía más de 300 castings en un día. Aprendí un montón. Hasta que quedé elegido en una serie, como uno de los papeles protagónicos después de haber hecho muchas publicidades y participaciones en tv, y dejé la productora. Fueron dos temporadas, y en paralelo empecé a cantar en un proyecto independiente. Al año estaba cantando arriba del Lollapalooza, un delirio hermoso.

El día en que decidió construir su propio mundo

Con shows y grabaciones en pausa, viviendo aún con su familia, llegó el momento bisagra para Nico. Dejó de esperar a que el escenario fuera perfecto y empezó a construir su propio mundo. Fue en ese instante que comprendió que podía estar frente a cámara, pero también detrás diseñando conceptos.

El algoritmo no me va a adoptar, así que voy a construir mi propio ecosistema”, se dijo.
Y así nació JECAN, que no es más que la palabra "canje" al revés, un nombre que empezó como un chiste pero terminó marcando uno de los cambios más grandes de su vida. Lo que inició como una agencia de influencer marketing para conectar celebrities con marcas, hoy es un ecosistema creativo con alcance global.

-¿Cuál fue tu momento bisagra?

-Pandemia. Se frenaban los shows, las grabaciones…y yo aún vivía con mi familia. Ahí decidí dejar de esperar el momento perfecto y empecé a construirlo. Salir de la zona de confort. Fue un cambio de mentalidad: en vez de seguir un camino marcado por lo que me autoimpuse desde chico “vos sos actor y no podés ser también bueno en otra cosa”, decidí probar algo más. Salí de esa idea rígida cuando entendí que podía estar frente a cámara, pero también detrás creando el concepto. Fue ese día en el que dije: “Ok, el algoritmo no me va a adoptar, así que voy a construir mi propio ecosistema”. Decidí unir los mundos que me rodeaban, por un lado mis colegas actores conocidos con los que venía trabajando, y por el otro las marcas que me buscaban para generar contenido, y ahí nació JECAN, canje al revés, porque al pan pan y al vino vino, y porque nunca pensé que iba a llegar ser lo que es hoy (risas).

El cambio de nombre de JECAN a WeCan, vino acompañado de una expansión natural.

-¿Cómo se te ocurrió el nombre?

-Lo creé medio en joda, como una agencia de influencer marketing que conectaba celebrities con marcas. Hoy ya somos WeCan @jecanwecan, crecimos y hacemos mucho más que sólo eso. Tenemos clientes internacionales y talentos con alcance global: desde actores hasta deportistas, desarrollando estrategias integrales. Lo que empezó como una prueba de pandemia con un nombre en chiste, terminó permitiéndome ir a vivir sólo, tener mi auto, conocer el mundo, generar trabajo, hacer relaciones, aumentar ventas de los clientes, una bendición. Por cierto, parte del rebranding de la agencia tuvo que ver con ese crecimiento, sin renegar de lo que fuimos y el lugar que ocupamos. Porque hacemos las cosas bien, tan simple como eso. Crecimos porque hicimos algo revolucionario: cumplir lo que prometíamos. Parece fácil, pero es más raro que encontrar un influencer sin aro de luz.

De canjes de mermelada a campañas internacionales

“Arrancamos haciendo canjes de mermelada en pandemia. Literal”, cuenta Nico.
Hoy, WeCan trabaja con marcas de primer nivel e internacionales, restaurantes recomendados en Michelin Guide como Narda Comedor, Kona Corner, CoChinChina o Fogón Asado.

Una lista larga de figuras pasa por su portfolio, como Susana Gimenez, Moria Casán, Cris Morena, Lali Espósito, Nico Occhiato, Wanda y Zaira Nara, Pampita, Leandro Paredes, Ángel De Brito y Yanina Latorre hasta streamers, tiktokers o modelos de nicho. Así como aliados clave: Luzu, Olga, Telefe, El Trece y Billboard.

- ¿Cómo JECAN llegó a ser una agencia líder de marketing de famosos en Argentina?

-Todo nació de una necesidad real: marcas y creadores no estaban conectando de manera auténtica, y al observar como creador todo lo que se podía mejorar de la industria existente, desde la transparencia (básico para cualquier negocio) hasta la inmediatez (otro valor que a veces se da por sentado, escribir y te den soporte). Yo estaba en el medio de ambos mundos y podía ver lo que faltaba. Soy bastante detallista. Así empezó JECAN: como un puente. Hoy es WeCan, la evolución natural, podemos decir. Creció porque siempre priorizó la escucha, la creatividad y el respeto por el trabajo de todos. Porque si invitamos a alguien a un evento, queremos que la pase bien, porque si un cliente nos traza un objetivo, lo daremos todo por lograrlo, porque si un talento quiere que lo cuidemos, lo haremos. No buscamos ser “los de la agencia”; queríamos ser quienes ayudan a que las ideas se encuentren, con un valor agregado. Clientes felices, talentos felices, nosotros felices.

Y aunque muchos lo conocieron por su exposición pública, él no se reconoce como influencer: “No siento serlo".

-¿En qué se transformó hoy JECAN y por qué?

-JECAN evolucionó hasta convertirse en WeCan, porque después de 6 años dejó de ser una prueba piloto y pasó a ser un equipo, un proceso, una energía. Hoy es un espacio donde las ideas se acompañan, se potencian y se vuelven reales. Cambiamos porque la industria cambió, y porque sentimos que podíamos aportar mucho más desde una mirada colectiva, nadie es el que era hace 6 años atrás.

La filosofía detrás del creador

-¿Cómo funciona hoy el canje? ¿Sigue siendo tabú?

-Hoy el canje o intercambio es parte de una estrategia, en cualquier lugar del mundo. No un secreto, es una herramienta más dentro de un plan macro, que no alcanza, pero sí ayuda. Ayuda a que los creadores prueben, sientan, evalúen y generen contenido honesto, y que los consumidores se enteren de que algo existe. Si estás en las stories, existís, un flash pero es así. El celu es la pantalla que tenemos en la mano todo el tiempo, ¿quién no scrollea tirado en el sillón? Si alguien quiere gastar el mango, posiblemente lo haga en lo que tiene en la cabeza, no podés comprar lo que no sabés que existe. El tabú quedó atrás cuando empezamos a profesionalizarlo: acuerdos claros, expectativas claras, resultados claros. Es una forma más de crear valor entre dos partes, y mapear para llegar a nuevos ojos, a tu audiencia.

-Si tuvieras que resumir tu historia en una biografía de Instagram, ¿qué diría?

-Hola Loba! Artista desetiquetado. Creativo. Ser y Hacer. ¿Medio frase de autoayuda? (risas). Dios, borremos esa última parte sino.

-En redes sociales se tiene la idea que todo es tan perfecto como se ve, ¿cómo manejas eso?

-Entendiendo que la “perfección” es un código viejo, no un destino, que por suerte va quedando atrás muy de a poco, o eso espero. Yo creo que hoy cuanto más humano, más auténtico, mejores resultados, más cercanía y empatía. Humanizar marcas es tendencia. Las redes son parte de mi trabajo, pero no toda mi vida, no son un diario íntimo. Comparto lo que tiene sentido, lo que suma, lo que conecta, o simplemente lo que me divierte. La exposición se vuelve liviana cuando uno sabe qué quiere mostrar y qué quiere cuidar, la información es poder, no muestro todo a todos. Admito que uso mucho “mejores amigos”, ahí está el mejor contenido, o el peor (risas), sólo para los míos. Igual propongo a Instagram que se pueda tener dos o tres listas de mejores amigos a la par, porque a veces quiero algo familiar, a veces chongos, a veces amigos, y me la paso poniendo y sacando gente de la lista según lo que quiero subir, así que Mr. Instagram ya sabés, espero ese upgrade de dos o tres listas customizables a la vez.

PR: Jecan WeCan
Fotos: Nacho Lunadei
Pelo: Zacarias Guedes
Make up: Tan & Go (no make up)
Outfits: Maison Margiela, Ginebra Hombre
Collar: Swarovski



 
 

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