Cada agosto, el Racket Club de Palermo se convierte en un parque de diversiones privado y exclusivo. Inflables que rozan los techos, kartings, cabinas de maquillaje con glitter, barras de helado libre, shows en vivo, sorteos con premios y personajes animados que se pasean entre los invitados. Todo está pensado para que los chicos vivan una experiencia de película. Y ahí, entre los bajitos suele haber algunos invitados especiales.

Los chicos esperan alegres este evento infantil, uno de los que marca el calendario. Todos los años asisten al Día de la Niñez en el Racket, ese club cerrado, elegante y verde en medio de Palermo que se transformó en sinónimo de niñez de alto perfil.
Con entrada solo para socios o invitados, la fiesta no se promociona, no se abre al público, no se comparte masivamente. Pero las fotos se filtran igual: helados de colores, globos personalizados, pochoclos calientes servidos en carritos vintage y glitter por todas partes. Las ambientaciones varían cada año: desde una granja de diseño nórdico hasta una ciudad encantada o un bosque de unicornios. Cada rincón parece salido de Pinterest. Y cada detalle, de las bolsitas de regalo al catering saludable, está cuidado con obsesión estética.
Cómo es el Racket Club: el club extra exclusivo de Palermo

Fundado en 1994, el Racket Club queda sobre la avenida Valentín Alsina, en pleno corazón de los Bosques de Palermo. Aunque nació como un club social y deportivo enfocado en el tenis, con los años se transformó en un espacio integral, donde lo importante no es solo el deporte sino el estilo de vida. Tiene doce canchas de polvo de ladrillo, canchas de padel de vidrio, squash, boxeo, gimnasio de última generación, pista de running, fútbol, tenis de mesa y un sector especial para chicos con propuestas diseñadas para cada etapa.
Además, tiene salones para eventos, un restaurante interno, jardines con estética de campo europeo y una agenda que mezcla lo social con lo deportivo. Desde hace unos años, allí también se realiza el Racket Club Open, un torneo ATP Challenger que recibe a figuras del tenis profesional y suma prestigio al espacio. Entre semana, puede verse entrenar allí a ejecutivos y ex deportistas, pero también a figuras del medio como Paula Chaves y Pedro Alfonso, que llevaron a sus hijos a actividades infantiles; o a Pampita, que más de una vez participó en eventos privados realizados en sus salones.

Lo que buscan las familias que lo eligen es claro: un entorno natural dentro de la ciudad, servicios de primer nivel, seguridad garantizada y privacidad absoluta. Lo que consiguen, además, es un espacio donde sus hijos pueden crecer rodeados de actividades estimulantes, ambientaciones perfectas y una comunidad donde todos comparten códigos parecidos.
Claro que la exclusividad tiene su precio. La matrícula de ingreso es de cinco millones de pesos por única vez y la cuota mensual es de 410 mil los adultos, y 275 mil pesos los niños.
Infancias premium, con glitter y pochoclos de colores

El evento del Día de la Niñez es apenas una muestra de lo que se vive en el Racket. Cumpleaños con ambientación de cuento, talleres creativos con materiales importados, clases de tenis desde los cuatro años, meriendas gourmet en la galería, pijamadas temáticas en salones calefaccionados. Para quienes tienen acceso, la infancia se despliega como una postal intervenida por diseñadores: cada piñata parece de showroom, cada souvenir lleva el nombre del niño bordado a mano.
Desde hace un tiempo el club pone el foco en los chicos y organiza actividades semanales para que puedan aprender distintos deportes. También en verano y en invierno hay colonia de vacaciones y hay campeonatos de fútbol con las camisetas del club. El Kids Club es una de las alternativas que eligen muchos padres cuando sus hijos aún van a jornada simple o no empezaron aún el jardín.
Todos los chicos que alguna vez celebraron en el Racket el Día de la Niñez lo esperan felices, saben que además de un día de pleno sol y juegos se van a ir con unos cuantos souvenirs y anécdotas para contar. De sacarse fotos con el muñeco del Dibu Martínez a jugar al fútbol contra una consola pasando por el mini samba hasta los inflables de más de 5 metros.
Habrá que ver este año con qué sorprende esta fiesta.
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