Tras diez años en el panel de Ángel de Brito, Yanina Latorre vivió una de las noches más emotivas de su vida profesional al despedirse de LAM (América TV) este martes,. El programa, donde construyó un perfil frontal y se convirtió en un ícono del espectáculo, preparó una emisión especial para homenajear su trayectoria.
Desde el inicio del programa, la emoción fue protagonista. Latorre reconoció que, aunque el cierre de esta etapa se dio de forma natural tras comenzar su propio camino en la conducción, la despedida física del estudio la desbordó, por lo que no pudo evitar el llanto en las horas previas, y durante la emisión en vivo.
Visiblemente movilizada, la panelista expresó: “Estoy emocionada. Lo vine sintiendo todo el año. LAM es mi vida. Esto no es un trabajo para mí, yo lo di todo”,. En un agradecimiento directo a De Brito, destacó la libertad y el aprendizaje obtenido en esta década: “Con vos crecí, aprendí, laburé como una bestia”.
Fiel a su estilo sincero y con un toque de humor, Yanina también valoró el espacio que el conductor le brindó a pesar de su fuerte personalidad: “Yo soy insoportable, hablo un montón, y vos me dejaste ser”.
La sorpresa que hizo emocionar a Yanina Latorre
Cuando la despedida parecía concluir, la producción presentó una sorpresa que terminó de quebrar emocionalmente a la panelista: la presencia en el estudio de su esposo, Diego Latorre, y sus hijos, Lola y Dieguito.
Su esposo, Diego Latorre, destacó la vocación de su esposa por el periodismo: “A Yanina la veo conmovida... la admiro porque siempre veo cómo se informa, cómo indaga. Ojalá cada uno de nosotros le dedicáramos el 20 por ciento de lo que hace ella”. Además, subrayó un logro clave en su carrera: “No solamente ella busca a la fuente, sino que la fuente la busca a ella y eso es impactante”.
Lola Latorre expresó: “Te amo y te voy a acompañar siempre en todos tus proyectos. Sé que te angustia y estás triste, pero es lindo ver todo tu recorrido y cómo cambiaste, así que te felicito. Estoy contenta y orgullosa de vos”. Mientras que su hermano, Dieguito, con brevedad pero mucho afecto, el joven se limitó a decirle a su madre que la ama.
El momento de mayor emoción llegó cuando su mamá Dora, quien ya le había enviado un mensaje a través de un video, apareció también en el estudio y se sentó no solo a llenar de elogios a su hija, sino a recordar anécdotas divertidas de su paso como angelitas.
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