Días atrás Rocío Marengo vivió uno de los momentos más movilizantes de su vida con el nacimiendo de su primer hijo y decidió ponerle palabras al dolor y al enojo. Es que este lunes por la mañana, la modelo, actriz y conductora de 45 años publicó un extenso y durísimo descargo en sus historias de Instagram, en medio de la internación de Isidro en el área de Neonatología del Sanatorio Otamendi.
La flamante mamá primeriza, que tuvo a su bebé el pasado miércoles 3 de diciembre fruto de su relación con Eduardo Fort, explicó que el mensaje llegó luego de recibir críticas por mostrarse en redes mientras atravesaba un momento extremadamente delicado.
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“Mostrás un video vestida que salís a comer con tu familia y te juzgan de mala madre, sin saber cómo estás por dentro”, escribió. Y agregó, sin filtros: “Te ponés una remerita con lentejuelas y aseguran que te estás cagando de risa, como si la ropa dijese algo... sus comentarios hablan de ustedes, no de mí”.
Marengo fue más allá y decidió exponer el trasfondo médico que vivió durante los últimos meses. “Si quieren les muestro los coágulos y las hemorragias que tuve todos estos meses para que sepan algo más de mí antes de opinar”, lanzó, visiblemente harta de los cuestionamientos.

En otro tramo del descargo, reveló un dato hasta ahora desconocido sobre el parto. “Se me desprendió la placenta y tampoco lo mostré ni lo conté. El parto fue de urgencia, con Isidro corrimos riesgo de vida, fue un ‘yaaaa al quirófano’”, relató. En ese contexto, destacó el rol clave de su médico: “Mi obstetra, el Dr. Alejandro Falco, fue fundamental para que hoy estemos contando esta historia”.
Con firmeza, Rocío también apuntó contra quienes opinan sin conocer su realidad. “Claramente no entienden y no pasaron por algo similar, si no, no se animarían a opinar”, escribió, dejando en claro el impacto emocional que tuvo para ella atravesar una maternidad atravesada por el miedo y la incertidumbre.
Lejos de mostrarse vulnerable ante las críticas, cerró su mensaje con una afirmación contundente sobre su rol como madre. “Sepan que jamás me harán dudar de mi rol como mamá, soy la mejor. Busqué a mi bebé con todo mi amor, paciencia y fuerza”, aseguró. Y llevó tranquilidad sobre la salud del pequeño: “Isidro está muy bien, es cuestión de días y nos vamos a casa”.

El descargo de Marengo no solo funcionó como una respuesta a los haters, sino también como un testimonio crudo de lo que no siempre se ve detrás de una historia feliz. Una maternidad deseada, atravesada por el riesgo, el silencio y la necesidad de poner límites.
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