Netflix sumó a su catálogo una película que rápidamente escaló entre las más vistas del género romántico: El fabricante de lágrimas. Se trata de una producción italiana basada en el exitoso libro homónimo de Erin Doom, que propone una historia intensa, atravesada por el dolor del pasado, la adolescencia y el despertar del amor.
Con apenas 1 hora y 45 minutos de duración, la cinta dirigida por Alessandro Genovesi narra la vida de Nica, una joven huérfana que pasó gran parte de su vida en un orfanato donde circulaba una inquietante leyenda: la del fabricante de lágrimas, una figura misteriosa capaz de crear los miedos más profundos del ser humano. Todo cambia cuando la familia Milligan decide adoptarla, pero con una sorpresa: no llega sola a su nuevo hogar, ya que también fue adoptado Rigel, un adolescente reservado que parece esconder más de un secreto.

La historia se adentra en el vínculo entre ambos jóvenes, marcados por el dolor y el trauma, pero también por una conexión emocional que los atraviesa desde la infancia. Aunque la convivencia parece imposible al principio, pronto descubren que sus heridas se espejan y que no pueden escapar de lo que sienten. Con una estética cuidada, actuaciones convincentes y una fuerte carga emocional, la película se convirtió en uno de los dramas adolescentes más comentados en redes.
El elenco está encabezado por Caterina Ferioli como Nica y Simone Baldasseroni como Rigel, acompañados por Roberta Rovelli, Orlando Cinque y Eco Andriolo, entre otros. Las interpretaciones fueron clave para retratar el paso de la niñez a la adultez y las secuelas del maltrato institucional, una de las temáticas más crudas que toca la película.

Uno de los aspectos más comentados por los fans del libro fue la adaptación del guion. La novela de Erin Doom tiene más de 600 páginas, por lo que algunos pasajes y personajes secundarios quedaron fuera del recorte final. Sin embargo, los lectores coincidieron en que el espíritu de la historia se mantuvo intacto, así como la emotividad de los momentos clave entre los protagonistas.
El fabricante de lágrimas propone un viaje emocional con momentos intensos, ideales para quienes disfrutan del drama romántico con tintes oscuros y temas sensibles. Un contenido que confirma la apuesta de Netflix por ficciones juveniles con narrativa potente y alto impacto visual.
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