Noelia Marzol volvió a usar el humor como mejor aliada, esta vez para hablar de la Navidad y de los regalos que Papá Noel le dejó a sus hijos. Lejos del enojo real, la bailarina compartió una queja irónica en sus historias de Instagram que despertó risas y complicidad entre sus seguidores.
En las imágenes, Noelia se mostró disfrutando de un plan bien al aire libre junto a Donatello, su hijo mayor, y Alfonsina, la más chica. El “problema”, según ella misma planteó con picardía, fue el regalo elegido por Papá Noel: un bote inflable con remos, ideal para el agua, pero no tan sencillo para que lo niños manejen con autonomía.
En la primera historia, se la vio sentada dentro de un bote inflable naranja, flotando en una laguna o canal de un barrio privado. Frente a ella estaba Alfonsina, todavía muy pequeña, con chaleco salvavidas y gesto serio, mientras Noelia remaba concentrada. Sobre la imagen, la bailarina escribió: “jajaja todo bien con papá noel pero… ¿cómo le va a regalar un bote!”.

En la segunda foto, tomada desde atrás, Noelia apareció nuevamente en el bote, esta vez junto a Donatello, que sostenía uno de los remos e intentaba ayudarla a avanzar. El paisaje verde, el agua calma y la casa moderna de fondo reforzaron la postal de vida al aire libre. Allí remató con otra frase cargada de humor: “estoy algo conflictuada”, acompañada de un emoji de risa.

La escena no sorprendió a quienes siguen de cerca su día a día. Noelia Marzol, una de las bailarinas y actrices más reconocidas del país, es mamá de Donatello —nacido en mayo de 2021— y de Alfonsina —nacida a fines de 2022—, frutos de su relación con su esposo, el exfutbolista Ramiro Arias. Desde siempre, ella compartió sin filtros su maternidad, combinándola con su intensa carrera artística.
Lejos del estereotipo de mamá estructurada, Marzol se mostró siempre relajada, conectada con la naturaleza y dispuesta a que sus hijos exploren, se ensucien y vivan experiencias al aire libre. De hecho, en más de una oportunidad los llevó al teatro y los hizo parte de su rutina laboral, aunque ella prefiere que vivan lejos de los flashes y más conectados con lo natural.
Por eso, más que una queja real, sus historias navideñas dejaron en claro una ironía cariñosa. El regalo de Papá Noel, lejos de ser un problema, fue casi una síntesis perfecta de su estilo de vida: agua, aire libre, juego y una mamá remando —literalmente— entre risas y amor.

