El primer parte médico oficial sobre Christian Petersen, emitido por el Ministerio de Salud de la provincia de Neuquén y el Hospital Ramón Carrillo, confirmó que el reconocido chef atraviesa un cuadro de falla multiorgánica que exige “atención médica especializada continua” en la Unidad de Terapia Intensiva, con pronóstico reservado.
La falla multiorgánica, también conocida como síndrome de disfunción multiorgánica (SDMO), no es una enfermedad en sí misma, sino una respuesta severa del cuerpo ante un fallo crítico en uno o más órganos, desencadenando un proceso inflamatorio que puede afectar en cascada varias funciones vitales.
El cardiólogo Mario Boskis, entrevistado por La Nación, explicaba que “el problema surge cuando un órgano deja de funcionar y el cuerpo no logra compensar ese daño”. El corazón, los riñones, el hígado y el cerebro empiezan a fallar por una circulación inadecuada, lo que genera hipoxia —falta de oxígeno en los tejidos— y una reacción inflamatoria sistémica que actúa “como una explosión de sustancias químicas”.
Este efecto dominó suele acelerarse rápidamente: “Empieza a fallar órgano por órgano, es como un dominó”. En resumen, se trata de un cuadro de extrema gravedad que exige soporte vital permanente, desde asistencia respiratoria, drogas vasoactivas, estimulantes cardíacos y hasta diálisis renal.
Expertos médicos consultados en diversos medios coinciden en que la falla multiorgánica es “una de las situaciones médicas más graves que existen”. Para que se la defina como tal, deben estar comprometidos al menos dos sistemas u órganos vitales. La causa subyacente —sepsis, trauma, exposición extrema al frío o, en el caso de Petersen, esfuerzo físico combinado con altura y menor oxígeno— genera una inflamación sistémica que daña los vasos sanguíneos y altera la perfusión a los órganos.
El tratamiento requiere cuidados intensivos y monitoreo constante: desde respirador mecánico hasta soporte circulatorio con medicamentos; incluso diálisis en algunos casos. Sin intervención inmediata, la condición puede progresar rápidamente y comprometer la vida del paciente.
El contexto de la descompensación
Petersen se descompensó durante el ascenso al volcán Lanín (3.747 msnm), una actividad que implica una gran exigencia física y una disminución del oxígeno disponible. La altitud por encima de los 2.500 msnm suele provocar síntomas como dolor de cabeza, náuseas, confusión o somnolencia — primeras señales de una posible reacción adversa.
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A medida que subía, su cuerpo entró en un estado de esfuerzo extremo y circulación insuficiente, lo que podría haber desencadenado el fallo de varios órganos simultáneamente. Las gotas de oxígeno no suplieron la demanda, el corazón no pudo compensar y se disparó la inflamación, produciendo la “falla multiorgánica” del parte médico.
Según el parte oficial, Christian se encuentra conectado a un respirador, recibe medicación para mantener la presión arterial y soporte cardíaco, y es sometido a vigilancia continua en la unidad de terapia intensiva. El pronóstico es reservado, porque la gravedad del cuadro exige sostener funciones vitales artificialmente mientras se espera que sus órganos se recuperen, o al menos contengan el proceso inflamatorio.
Las autoridades sanitarias han pedido respeto por la privacidad del paciente y la familia, así como prudencia frente a rumores sobre causas adicionales —como fibrilaciones o resultados toxicológicos—, que no fueron confirmados oficialmente.




