Tras la separación, Sandra Borghi atraviesa un presente marcado por la calma y el entendimiento. Lejos de los conflictos, la conductora de Mediodía Noticias asegura haber logrado un equilibrio emocional que también se refleja en el vínculo que mantiene hoy con Fernando Casanello, luego de catorce años de relación.
“Sí, en paz conmigo misma después de la separación, porque siento que hicimos las cosas bien”, afirma a GENTE. Para ella, la manera en que ambos atravesaron el proceso fue clave, especialmente por el impacto en los hijos: “De eso me doy cuenta en los chicos, porque ellos son el espejo de cómo uno llevó adelante un proceso de separación en el que la familia se transformó y en el que los padres seguimos ocupando un rol importantísimo en la vida de nuestros hijos”.
En ese nuevo esquema familiar, la periodista remarca que los vínculos afectivos se mantienen intactos. “Isabela, que es hija de Fer, cada día me demuestra que a sus cinco años, cuando entró a mi vida, entró en mi corazón y yo en el de ella, y que eso es y será imborrable, intocable y, sobre todo, inviolable”. Y acota sobre la familia ensamblada que supieron construir: “Yo sigo diciendo ‘tengo cuatro hijos, Isa es mi hija del corazón y lo va a ser para el resto de mi vida. Es la hermana de Josefina, de Valentina y de Juana’”.
Esa armonía actual también tiene que ver con lo que ambos dejaron en el camino compartido. “Estoy en paz porque siento haber dado todo en esa relación, en los catorce años que estuvimos juntos. Y sobre todo porque siento que hicimos las cosas bien”, reflexiona. Y concluye con una definición clara sobre el presente que los une: “Tal vez lo que no funcionó se transformó en sabiduría, y por eso yo hoy estoy plena conmigo misma, enfocada en mi felicidad, en la felicidad de mis hijos, en encontrar la armonía que todos necesitamos, al mismo tiempo que ocupándome que Fer esté bien, como él se ocupa de que yo lo esté. Nos queremos, nos amamos como familia y eso pone por delante cualquier situación”.
Un año bisagra y un despertar personal
Ese presente de calma se apoya en un proceso profundo de transformación personal que Sandra decidió no pasar por alto. “Fue un año de mucho cambio y transformación, y decidí que no me pasara por alto, porque entendí que los 50 habían sido una bisagra en mi vida”, confiesa.
La conductora reconoce que nunca antes la edad había tenido un impacto tan fuerte en su vida: “Nunca me había pasado con la edad que algo me había marcado tanto un antes y un después. Fue un número redondo, pero no como los 40, los 30 ni los 20”. Y detalla cómo fue cambiando su mirada a lo largo del tiempo: “Siento que a los 20 miraba al mundo con mucha expectativa y con mucha ansiedad; a los 30 quería concretar, casarme, tener hijos, formar una familia; a los 40 estaba abocada a mis hijos. Pero a los 50 me enfoqué en mí. Y fue como un despertar interior”.
En ese camino de introspección, Borghi se permitió hacerse preguntas esenciales: “¿Dónde estoy? ¿Cómo estoy? ¿Qué quiero? ¿Y hacia dónde voy? Muy en presente”. Y resume ese momento vital con una frase que sintetiza su estado actual: “Fue una bisagra que sentí de adentro hacia afuera, que decreté no pasar por alto y que estoy viviendo con ese nivel de intensidad y decisión”.
La separación también formó parte de ese recorrido. “Es que también fue un año difícil por eso. Pero lo tuve que pasar. Una etapa cumplida. Sentí que tenía que repactar conmigo misma y ser fiel a mí misma y a mis sentimientos”, explica. Hoy, desde ese aprendizaje, define su presente con contundencia: “Yo siento que en esta etapa de mi vida estoy más presente que nunca. Soy yo conmigo misma. Ya no tengo más mandatos por delante más que vivir, disfrutar y enfocarme en el día a día con las cosas buenas y malas”.
Con una mirada serena hacia adelante, Sandra cierra este capítulo desde la plenitud: “En este momento me siento plena, fuerte, segura de mí misma, feliz e íntegra. Y muy abundante: con los hijos que tengo, la familia que conformé, mis amigos, que son mi gran tesoro; con mi trabajo, en el que me siento consolidada y sólida. Y pensándome hacia adelante con una mirada puesta claramente en el placer y en el disfrute”.
Fotos: Starling Sánchez
Retoque digital: Darío Alvarellos
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