Contra todo pronóstico, la Creamfields volvió a desplegar su potencia en el Parque de la Ciudad, convirtiéndose otra vez en el epicentro musical más grande del país. Así, más de 30 mil personas desafiaron una intensa jornada de lluvia para vivir una edición histórica del festival de música electrónica más emblemático de la región. ¿El resultado? Postales electrizantes: multitudes bailando bajo la tormenta, capas transparentes empapadas, purpurina mezclada con gotas y DJs que no detuvieron sus sets ni por un segundo.
En ese sentido, a través de una serie de postales, GENTE detalla la jornada que los ravers -amantes de la electrónica-, vivieron el fin de semana marcado por la presencia de más de 60 artistas.
Con más de 60 artistas y seis escenarios activos –Main Stage, Alternative, Electric Garden, Cream Stage, The Tent y Under Rail–, el predio vibró desde temprano con propuestas que recorrieron desde el techno y el house hasta el trance y el electro más explosivo. Pero el gran momento de la noche llegó cuando el DJ más escuchado del mundo, David Guetta, tomó el control del escenario principal en medio de un diluvio que parecía sacado de una película.
El productor francés, leyenda viva de los beats globales, hizo su entrada triunfal con “I’m Good” en medio de una lluvia de fuegos artificiales que encendió a una multitud que lo esperaba bajo el agua desde hacía horas. La euforia fue inmediata. Sin dar respiro, Guetta desplegó un show demoledor que combinó visuals de última generación, efectos especiales y una selección de hits que hicieron historia: Titanium, Love Tonight, Without You y Sexy Bitch fueron coreados al unísono por decenas de miles de fans argentinos.
Fiel a su conexión con el público local, Guetta volvió a declarar su romance eterno con la Argentina:
“Wow, Argentina is still the best!”, gritó ante una ovación que se escuchó hasta la autopista Cámpora.
Las mejores fotos del Creamfields Argentina 2025
La edición 2025 de la Creamfields será recordada por sus imágenes virales: parejas bailando bajo la lluvia, amigos abrazados cantando frente al Main Stage, DJs tocando bajo tormenta con total entrega y una marea humana que convirtió la adversidad climática en pura fiesta. El barro no fue obstáculo: fue parte del ritual.















Fotos: Cortesía Fenix Entertainment
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