A los 37 años, Nacho Elizalde vive uno de los momentos más intensos y productivos de su carrera. Conduce el ciclo Tapados de laburo en OLGA junto a Paula Chaves, Evelyn Botto, Luli González y Mortedor; está al frente de su marca de ropa, organiza fiestas, piensa en nuevos proyectos audiovisuales y, además, se prepara para una nueva función de su unipersonal No se ilusionen.
Detrás del conductor carismático y el emprendedor inquieto hay una mente en movimiento constante. Y, en diálogo con GENTE, el influencer, empresario y actor, entre otras cosas, se permite hablar en voz alta sobre lo que lo inspira, lo que lo incomoda y lo que sueña para su futuro.

En la entrevista, Nacho baja un cambio de sus múltiples y variadas responsabilidades, mira para adentro y habla sin filtro. Reflexiona sobre su cambio de rumbo profesional que generó todo tipo críticas, la charla pendiente que tiene con Nico Occhiato, su relación con Katerina Vara y el deseo de formar una familia.
Cómo un cambio turbulento le sirvió de inspiración para su nuevo show
El próximo 6 de septiembre, Nacho volverá a subirse al escenario del Teatro Premiere (Avenida Corrientes 1565, CABA) con su show No se ilusionen, una experiencia escénica que mezcla humor, emociones y mucho de su mundo interior.
—¿Cómo te estás preparando para esta nueva función?
—¡Bien! Ya lo habíamos hecho el año pasado, pero le estamos cambiando varias cosas para que quede renovado. No tengo tranquilidad para nada. Siempre hay ansiedad y nervios. A diferencia de lo que hicimos en el año 2024, esta obra me parece más madura. Yo estoy en otro momento de mi vida. En esta temporada estoy sumando cosas que me pasaron en este tiempo.
—¿Como cuáles?
—El cambio de laburo por ahí es anecdótico, pero a mí me hizo cambiar la perspectiva en la que veo todo. Ahora que estoy conduciendo me siento en otra etapa. También estoy más introspectivo con mi vida. Me estoy planteando las cosas que quiero hacer, a quién quiero escuchar, qué cosas me hacen bien y con quién quiero conectar. Este año la obra la quiero hacer para mí.

Qué piensa hoy de su comentado traspaso de Luzu TV a OLGA
El 2024 fue un año bisagra para Nacho Elizalde: dejó Luzu TV, enfrentó una ola de críticas en redes y se sumó al equipo de OLGA para co-conducir Tapados de laburo. Hoy, a varios meses del cambio, se siente pleno en su nuevo rol y apuesta a seguir creciendo en distintas direcciones.
—En su momento tu pase de Luzu TV a OLGA fue muy comentado. ¿Cómo lo vivís hoy?
—La espuma ya bajó un poco, pero siempre va a haber cositas. Creo que el fanatismo genera eso. Yo no soy fanático de nada... Me gustan músicos o artistas, pero no me embandero a muerte por alguien. Lo puedo entender, pero no lo vivo. Hoy te puedo decir que estoy muy bien y estoy tratando de construir algo nuevo en este rol que es muy distinto al anterior. Ahora estoy aprendiendo que el rol de conducir es hacer brillar al resto. Estoy en esa y estoy aprendiendo.

—Igual ya tenías bastante cancha en el streaming...
—Sí, pero llevar un programa diario y conduciendo es otra cosa. En el otro rol que tenía antes estaba más relajado. Acá tenés que estar pendiente de todo. No estás relajado.
—¿Y cómo te llevas con tus compañeros?
—¡Re bien! Siento que es una mesa re diversa. Eso también es raro porque nos llevamos bastante edad entre algunos. Paula Chaves además es madre... Con los más chicos nos llevamos 15 años y ellos traen todo una energía espectacular... Es una linda mezcla.
—Entiendo que el año pasado cuando dejaste Luzu TV se te fueron un montón de seguidores...
—Sí, fueron como 60 mil...
—¿Alguno volvió?
—Sí, obvio. Muchos me bardearon y les contesté. Su dolor era porque me iba a "la competencia". Yo no lo veo así. Lo loco es que muchos seguidores me ven ahora en OLGA y hasta me han pedido perdón. Yo los entiendo.

—Asumo también que se sumaron nuevos...
—Sí, obvio. Ojo, yo muchas veces quise salir a decir lo que me pasaba o lo que sentía, pero preferí demostrar con laburo. Por suerte laburando entre todos al programa le empezó a ir re bien. Los artistas nos eligen para venir a hablar de su música... Vino Cazzu y estuvimos dos horas hablando de sus canciones, María Becerra tocó en la calle... Son cosas grosas. Por eso yo quería demostrarlo con laburo y con eso me di cuenta que no tenía que salir a explicar nada. Tampoco tengo nada malo para decir. Yo sentí que fue injusto lo que se armó.
—En balance estás contento con tu decisión de cambio, ¿no?
—Re contento.

Por qué tiene una charla pendiente con Nico Occhiato y qué le diría si lo viese
Aunque menos de un año de haber dejado Luzu TV, el influencer reconoce que aún tiene una conversación pendiente con Nico Occhiato, su excompañero y creador de dicho canal de streaming. Sin dramatizar pero con honestidad, admite que aún no se siente listo para ese encuentro
—¿Con Nico Occhiato volviste a hablar?
—Todavía no. Tengo muchas ganas de charlar con él. En algún momento me voy a juntar, pero todavía no siento que sea el momento.

—¿Quedó enojo de su parte?
—No sé si tiene enojo, pero yo siento que es más una decepción o desilusión. Supongo que el querer está. En algún momento me gustaría juntarme con él.
—¿Serías vos el que daría el primer paso?
—Creo que tengo que ser yo...
—¿Por qué?
—Porque el que tomó la decisión fui yo. Él no me rajó ni me echó. Si yo tomé la decisión, me parece que tengo que dar yo el primer paso para la charla. Todavía no siento que sea. Estoy en momento de cambios... No me siento tan preparado para la charla aunque estoy preparado.
—¿Cómo imaginás esa charla?
—No tengo que convencerlo de nada. En frío tengo que contarle todo lo que a mí se me pasó por la cabeza al tomar la decisión. También es querer entender qué le pasó a él cuando yo me fui porque nunca supe bien cómo quedó él porque no hablamos. Sin dudas nos debemos una charla y puede ser muy lindo.

"Me aburro en un solo lugar": el camino de Nacho Elizalde y las claves de su vida multitasking
Curioso, inquieto y con una energía creativa que lo llevó a probar de todo, Elizalde se define como alguien que nunca pudo quedarse en un solo lugar. Desde sus primeros pasos en publicidad hasta la actuación, la música, el diseño y la conducción, construyó un recorrido tan diverso como personal.
—Estás con tu marca de ropa, tus fiestas, el stream... ¿de dónde sale estas ganas de querer hacer todo?
—De chiquito. Me acuerdo que cuando me preguntaban qué quería ser cuando sea grande decía diseñador gráfico, arquitecto... Quería hacer todo y para mí era un conflicto porque había que elegir una sola cosa y hacerla bien. Siempre me llamó mucho la atención todo. Tuve una banda, estudié varios años de teatro y hoy quiero hacer las cosas que me hagan felices.
—Querías hacer de todo y hoy lo hacés, ¿te lo imaginaste?
—La foto actual no me la imaginé nunca. Yo me imaginaba viviendo de algo que me gustara, pero como me gustaban tantas cosas... No me imaginé esto.

—¿Alguien de tu familia fogoneó esto?
—Todos, pero no en particular sobre algo. Yo arranqué estudiando publicidad porque me gustaba la creatividad. Fui y dejé. Ahí empecé a estudiar cocina y también dejé. En un momento empecé a estudiar teatro y producción de televisión. Mi familia me bancaba y me decía que probaba, pero querían un título de ser posible (risas).
—¿Tu familia se dedica a algo artístico?
—No, nada que ver. No tengo nada que ver con el rubro. Sólo mi hermano es fotógrafo y baila. El resto sistemas, inmobiliaria... La parte artística me salió de mirar MTV, mirar películas y escuchar música. Yo soy curioso.
—Y en cierto modo fuiste experimentando en todas las carreras que fuiste tocando...
—Sí... Yo siempre tuve muy buenas oportunidades... Creo que es porque le metía mucho. De chico trabajé en una reconocida marca y cuando me ofrecieron un puestazo lo dejé. Trabajé en MTV y después me fui tambien. Empecé a hacer sketches en YouTube. Me creé mi agencia... Siempre fui volátil y cambiante. Es por eso que para mí el pase de Luzu TV a OLGA fue algo muy normal porque todo el tiempo fui cambiando solo que ahora tuvo más relevancia. Soy inquieto y me gusta cambiar. Me aburro en un solo lugar.

—¿Lo de los sketches era para meterte en el mundo de las redes?
—No, era para hacer algo con mis amigos... Yo trabajaba como agente publicitario para varias marcas de autos. Ahí conocí a Nico y Migue que era embajadores. Con Nico pegamos buena onda y se empezó a armar la relación.
—Igual, alguna vez contaste que tu vocación era la actuación...
—Sí, pero ahora me doy cuenta que era una de las tantas cosas que quería hacer. Quería ser actor y tengo muchos amigos del teatro que se siguen dedicando a eso. El tema es que a mí me gustaba viajar, comer rico y vivir bien. La actuación no da de comer a muchos... Muy pocos pueden vivir de la actuación solamente. Yo quería tener un sueldo lindo, comprarme un auto y aproveché que me iba bien en la publicidad y me permitía darme los gustos. Igual, para mí conducir es actuar. Laburar de esto es estar actuando constantemente...
—¿Por qué? Generalmente suelen decir que lo mejor del formato del stream es "ser como son"...
—Existe eso, pero hay que actuar. Hay veces que estoy del orto y no puedo estar así al aire. Hay que fingir, actuar, impostar la voz... Hay verdad, pero no es todo verdad. Hay que meterle un poco de sal y pimienta a todo.

—¿Mientras conducís te das cuenta que estás actuando?
—Sí, pero ya lo naturalicé. Eso lo aprendí mucho en Luzu. Me acuerdo que en un momento había tenido un problema y Nico me dijo: "Te banco, pero se te nota pinchado y eso se transmite a la gente que necesita levantar...". Eso lo aprendí y me sirvió. Uno está para entretener al otro.
Por qué se muestra poco con su novia y su próximo gran proyecto de vida
Aunque mantiene una vida pública muy activa, Nacho elige resguardar ciertos aspectos de su intimidad. En pareja desde 2020 con Katerina Vara, estilista y productora de moda, evita exponer la relación en redes y programas, y lo hace por convicción. En esta charla con GENTE, reflexiona sobre los límites entre lo personal y lo profesional, el vínculo que construyó con su compañera de vida y el deseo que más lo moviliza hoy.
—¿Sos de verte?
—Nada.
—¿Por qué?
—No me gusta.
—¿Tu familita te ve?
—Mi abuela a veces me ve. Mi novia no me ve.
—¿Por qué? ¿Es algo charlado?
—No, yo no se lo pedí. Ella sola... Lo ve cuando quiere. Ojo, yo no sé si quiero que me vea todos los días...
—¿Se comparten con ella temas laborales?
—Sí, obvio. El día que iba Miranda! ella lo miró porque a mí me encantan y sabe que me encanta entrevistar músicos. Me ve estudiando antes de las notas, me apoya...
—Ella es productora de moda, ¿no?
—Sí, es estilista y productora de moda.
—Comparten la creatividad...
—Obvio, todo el tiempo le pido ayuda. Si me tengo que sacar fotos le pido consejos con la ropa y me guía. Para mi marca de ropa muchas veces se encarga de las producciones...

—O sea que tienen mucho trabajo en común...
—Sí y es bárbaro porque me entiende. Sé que no es fácil estar con alguien como yo.
—¿Por qué?
—Los años pasados tuve muchos viajes. En un momento estuvimos dos meses sin vernos...
—¿Cómo bancan eso?
—Hablamos mucho y me acompaña en lo que puede. Igual, nos conocimos ya en esto.
—¿Hace cuánto están juntos?
—La conocí en las fotos de Nadie dice nada antes de arrancar. Fue en el año 2020. Yo estaba como productor y ella como estilista. Nos conocimos y no nos separamos.
—No se muestran mucho, ¿fue una decisión de ambos?
—Está charlado entre ambos. Igual, no es que nos ocultamos mucho. Pasa mucho que en el stream se habla mucho de nuestra vida particular. Eso me parece un gran atractivo porque es personificar lo que nos pasa a nosotros y con lo que los espectadores se sienten identificado. Opinar y hablar con tantos detalles sobre mi relación o mi familia es permitir que la gente opine y no estoy. Ya demasiado tenemos nosotros como para que otras personas opinen respecto a cuándo o cuánto nos vemos... Hay cosas que prefiero guardarlas. Imaginate que todos opinaron cuando me cambié de laburo... A la gente le apasiona hablar sobre las relaciones ajenas. También es algo que vende y garpa mucho. Todo el mundo habla de eso, pero no haría un negocio de mi relación. No me gusta ni consumirlo ni mostrarlo.

—¿Te gustaría tener tu propia familia?
—¡Sí! Quiero ser padre y no quiero que pase mucho tiempo más. Tengo 37 años... En tres añitos estaría bien. Ahora estoy en una vorágine que es una locura y armando las bases para después poder dedicarle. Ahora no podría darle bola a un hijo. Quiero dedicarle tiempo, amor y cabeza. Me pasa con Polenta que creció mucho y no puedo ir a todas las fiestas. Salvando las distancias, porque no es lo mismo un bebé que mis fiestas, pero es mi proyecto que lo estoy viendo crecer de afuera. No le puedo dar tanta bola como querría. Con mi hijo real quiero estar en todo.
—¿En ese momento vas a delegar tus proyectos laborales?
—Le quiero meter ahora para que en ese momento puedan caminar solos.
—¿Te imaginás eventualmente correrte de esos proyectos cuando caminen solos o te armarías otros?
—No tengo idea. No me imagino qué voy a estar haciendo en 5 años. Tal vez siga a full en la conducción o tal vez esté detrás de mi marca de ropa más tranqui y oculto.

—¿Es algo del ego querer seguir mostrándote?
—No tengo el ego para nada domado. Tiene cosas muy lindas como que te conozcan por la calle y te digan cosas lindas, pero también tiene lo otro de que no te conocen y te tiren hate. Por ahí más de grande no voy a querer esto. Veremos que pasa año a año.
Cómo es como jefe y su rol como empresario
Con una mirada creativa pero realista sobre lo que implica llevar adelante un negocio en la Argentina actual, reflexiona sobre cómo toma decisiones, cómo se posiciona como jefe y qué lugar ocupa lo económico en sus elecciones profesionales.
—Tenés a Tranca, tu marca de ropa, Polenta, estás en streaming, tuviste tu marca de sándwichs de miga, ¿qué te falta?
—Me gustaría tener un podcast con creativos hablando de sus procesos. En algún momento me gustaría tener un late night. Tengo ganas de hacer una serie o una peli...
—¿Actuando o dirigiendo?
—A mí me gusta estar en todo.
—¿No enloquecerías?
—¡Sí! ¡Estoy bastante loco! (risas). Hay miles de conflictos, pero se convive con ellos. A pesar de estar siempre a full duermo ocho horas. Ahora quiero empezar a stremear los domingos a la mañana desde mi casa... Lo quiero hacer disfrutando y a mi tiempo. No me importa que me miren sólo 4 personas. Ahora tengo la energía para hacerlo, aunque esté más cansado que en otros años... Me encanta tener Tranca y tener una remera que pensé yo. La puedo tocar y ver en la calle.

—¿Por qué quisiste tener tu marca de ropa?
—Siempre me gustó la moda. Me gusta tener mi personalidad y mostrarla en la ropa. La primera vez que toqué mis prendas me encantó. No lo podía creer. Trato de que todos mis proyectos sean muy yo.
—¿Cómo es Nacho empresario?
—Trato de ser el jefe que me gustaría haber tenido, pero a la vez tenés que ajustar porque es un negocio y hay que rendir. Pagamos un alquiler por el local, pagamos sueldos y hay que vender. Trato de ser prolijo e incentivar para que se labure. Por suerte tengo mucha gente que sabe de administración y números y ahí delego. Ahora estamos en un momento complicado del país y entiendo que la gente elige comprarse comida y no una remera. Voy a mantenerlo lo más que pueda aunque estemos en un momento difícil.
—Últimamente hay muchos debates respecto al precio de la ropa en Argentina, ¿cómo lo ves desde tu rol?
—Yo prefiero que me puteen porque la remera está cara a que me puteen porque sea de mala calidad. Las telas que compro están buenas. También hay que tener en cuenta que una marca como la mía no hace 5 mil remeras de una y eso te encarece. Son procesos caros.
—Me dijiste que hacés todos tus proyectos para volcar tu creatividad, ¿pero hay algo que hagas solo por la plata?
—No, la verdad que no. Aunque te podría decir que los chivos de Instagram. Algunos me gustaría no hacerlos, pero eso alimenta a que pueda tener mi marca de ropa. La verdad es que se gana mucha plata en redes y yo no la guardo, sino que la invierto. Para mí las redes son un motor para poder elegir, emprender y contratar gente en Argentina. Ojo, para mí es un privilegio que me paguen por subir una historia.
Fotos: Miranda Lucena

