En el partido de Exaltación de la Cruz, a 117 kilómetros de la Ciudad de Buenos Aires, se encuentra Gobernador Andonaegui, un pequeño pueblo bonaerense que parece congelado en el tiempo. Con apenas 200 habitantes, calles tranquilas y construcciones dispersas, es un destino perfecto para quienes buscan desconectarse de la rutina y descubrir rincones cargados de historia.
El principal atractivo es la Pulpería Los Ombúes, considerada una de las más antiguas de la provincia y del país. Fundada cerca de 1810, lleva más de dos siglos abierta al público y hoy es atendida por Elsa Insaugarat, de 68 años, junto a su esposo Jorge Rossi. La pulpería se mantiene en pie gracias a la misma familia desde hace más de un siglo y nunca cerró sus puertas, ni siquiera durante la pandemia.

El interior es un viaje al pasado: mesas de madera, viejos mostradores enrejados, fotos en blanco y negro, recortes de diarios históricos y paredes con pintura descascarada. Según cuentan los lugareños, el general Julio Argentino Roca solía detenerse allí cuando pasaba a caballo por la zona. La tradición oral también conserva la historia de un antiguo crimen: antes de pasar a manos de la familia Insaugarat, la pulpería pertenecía a un hombre asesinado por dos borrachos que huyeron con dinero y objetos, hasta que fueron apresados por la Policía.
Hoy, turistas y vecinos se reúnen en este espacio que funciona como punto de encuentro. Lo más pedido es la picada de quesos y salames caseros, acompañada de vino, fernet, cinzano o cerveza. También se sirven pizzas y empanadas, mientras que en su rol de proveeduría ofrece productos básicos para la comunidad: desde carbón y galletitas hasta verduras, artículos de limpieza e incluso ropa.

El pueblo conserva además la estación de tren, inaugurada en 1912 como parte del ramal del Ferrocarril Central Córdoba. Aunque se encuentra abandonada, todavía puede recorrerse entre un túnel de árboles que la hace parecer salida de una película. Es uno de esos rincones que invitan a la fotografía y a imaginar la vida de otros tiempos.
Con su pulpería de más de 200 años, su calma rural y su cercanía con la Ciudad de Buenos Aires, Gobernador Andonaegui se convierte en una escapada ideal de fin de semana para quienes buscan historia, paisajes pampeanos y un ambiente auténtico que se resiste a desaparecer.
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