En pleno corazón de Palermo, Roberto Moldavsky logró construir un verdadero hogar con impronta cálida, moderna y ecléctica. “Valga la redundancia, lo que más me gusta de mi casa es estar en mi casa”, dice mientras recorre junto a Revista GENTE por los diferentes espacios.
Los ambientes, dotados de una excelente luz natural que ingresa a través de amplios ventanales, tienen la característica de combinar el diseño con algunos guiños personales que hablan de sus pasiones e historia: desde premios a camisetas de fútbol o cuadros de sus artistas favoritos.

“A mi me produce mucho placer llegar y quedarme acá. Es un lugar que me gusta, que me hace bien. Me encanta estar en el sillón del comedor, donde apoyo la cabeza, miro tele, me duermo, o simplemente pienso en cosas”, agrega.

El living, de líneas simples y tonos neutros, está pensado para el relax y la reunión. Un gran sillón de tapizado claro, dispuesto frente a una mesa baja de madera, invita a largas charlas. Sobre las paredes, obras de arte y fotografías aportan color y dinamismo, mientras que una biblioteca generosa se convierte en protagonista, repleta de libros, recuerdos y pequeños objetos que dan cuenta de viajes y momentos especiales.

La cocina, integrada y funcional, presenta un diseño práctico con mesadas amplias y detalles en acero inoxidable. Allí conviven la modernidad de los electrodomésticos con elementos decorativos que rompen la sobriedad, como plantas y utensilios a la vista, generando un clima distendido.


Y revela sobre este espacio que define como una “humilde” morada: “Me gustaría tener una parrillita más grande, porque la que hay es muy chiquita. También me gustaría contar con un poco más de lugar para recibir gente, algo que me gusta mucho”.

-Mencionaste un regalo de tu primo entre tus objetos preciados: el colectivo 60 por tus 60 años. ¿Cuál es la historia detrás de ese regalo tan original?
-Fue un obsequio de mi primo Víctor porque cuando cumplí 60 tenía la idea de alquilar un colectivo 60 y pasar a buscar a todos los invitados para que entren al 60 conmigo. Después no lo pude concretar, pero bueno, Víctor me regaló este colectivo que está buenísimo.
Los secretos del departamento de Roberto Moldavsky
“Yo no soy muy bueno con la decoración”, admite mientras posa para algunas fotos. Y suma: “Tuve la ayuda de unas chicas arquitectas y fundamentalmente de Micaela, mi pareja, que es la que llevó adelante el proyecto. A mí me gusta con lo que está. No me gusta tener todo muy cargado, ni los lugares muy decorados. Tenía que ser sencillo”.

Así las cosas, cada rincón parece pensado para vivirlo plenamente, y de forma relajada. El departamento no solo funciona como un refugio en medio de su intensa agenda, sino también como un espacio que termina siendo funcional a su día a día.

-Tu “zona de premios” es un rincón muy especial. ¿Cuál de esos premios tiene la historia más emotiva detrás?
-Me gusta juntarlos. El primero fue el de Argentores, por unas Cartas de amor que hacía en la radi: tiene un valor muy especial porque fue el primero y porque era de los autores. Es como que es muy lindo cuando la gente que hace lo mismo que vos te premia, entonces Martín Fierro es el sueño de todos. El sueño de decir "gracias a APTRA" alguna vez. Y bueno, cada uno de los galardones tiene lo suyo... Los Estrellas de Mar, que es la época linda de estar en la costa haciendo temporada.

-Entre todos, ¿cuál fue el más inesperado o el que más te sorprendió recibir
-El que más me sorprendió fue el Martín Fierro de tele, porque yo esperaba ganármelo en la radio y fue al revés, me lo dieron en la tele por el laburo de Morfi (Telefe).

-Dijiste que ojalá llegue el Oscar algún día. Si lo ganás… ¿dónde lo pondrías?
-Si me gano el Oscar, lo pondría entre los dos Martín Fierro como para que lo custodien, y el Oscar a veces me suena a premio como que se es uruguayo (risas) "¡Ahí vino el Oscar!", "¡Llegó el Oscar!"...


-En tu último Martín Fierro de Teatro ganaste en la categoría stand up... aunque hubo un momento cómico porque olvidaste mencionar a tu pareja en el discurso, ¿qué aprendiste ese día y cómo lo resolviste después?
-Nada... Fue una boludez de que me olvidé de nombrar a Micaela. La resolvimos muy sencillamente. Lo que pasa es que armar una historia de eso, que entiendo que es el laburo de los noteros, pero no da. Alguno hasta dijo que yo me desmayé, que ella se fue, y nada, fue una boludez que se agrandó. Si, tendría que haberla mencionado, pero me enganché con un tema de uno que dijo algo de Irán, y también me olvidé, es algo que me suele pasar. En todos los discursos me olvido a alguien muy querido o muy cercano.
Salud, Moldavsky y amor

-Pensando en el humor político que hacés, ¿cómo elegís los temas para no caer en la polarización?
-Con el humor político lo que hago es hacer lo que me causa gracia, no me pongo a pensar con quién voy a quedar bien o mal, lo que hace algún político que me parece que lo puedo convertir en algo gracioso lo uso, y no estoy pensando todo el tiempo si le doy a todos. Trabajo en, por ejemplo, buscar la misma noticia en distintos lugares para ver cómo la toman, pero no estoy pensando tanto en la grieta sino en lo que puede ser divertido para el show. Esto me dio la chance de creer que se puede hacer un show mejor que el anterior, que es lo que siempre estoy pensando y por suerte siempre ocurre, este show es fantástico, me abre también la puerta a nuevas ideas que empecé a explorar y lo disfruto muchísimo, salgo del escenario muy feliz.
-Son tus últimas semanas en el Apolo, ¿qué se viene después de esto?
-Un poco de vacaciones y seguramente volvamos con este show un poco más adelante porque lo hicimos solo 3 o 4 meses y el año que viene... ¡A pensar en otro!

La historia de amor de Roberto Moldavsky con Micaela
"Con Mica nos enganchamos después de separarnos de relaciones largas y yo creo que muy rápidamente me di cuenta que iba para el árbol, el auto fue una anécdota más dentro de la historia, pero yo creo que los dos al poco tiempo nos dimos cuenta que teníamos ganas de estar juntos, en serio", rememora en diálogo con Revista GENTE.
-A tu novia Micaela le llevás unos 20 años. ¿Qué fue lo que más te atrajo de ella, y cómo manejan esa diferencia generacional día a día?
-Lo que más me atrajo de ella, a pesar de que sea hermosa físicamente para los parámetros que se manejan en nuestra sociedad, ES QUE empezamos a escribirnos y me atraía estar horas y horas hablando con ella. No me voy a ser el obtuso diciendo que lo físico no importa, pero a mí lo que me mata es la persona que me gusta escuchar, con la que puedo intercambiar, incluso sin coincidir porque con Mica hay muchos temas que no coincidimos... pero construimos desde ahí y esas charlas me hicieron todo. Aparte es una copada, y buena mina.

-En redes compartiste hace un tiempo una imagen desde Punta del Este con el mensaje “Yo necesito tu amor”. ¿Qué rol ocupa hoy Micaela en tu vida profesional y personal?
-Es la persona con la que más estoy: yo siempre les digo que no hay nadie con quien esté tantas horas del día porque mis hijos ya viven solos. Si bien los veo, en la cotidiana, Mica es la persona a la que si me pasa algo bueno, le lanzo el primer llamado.

Los guiños al deporte en el departamento de Roberto Moldavsky





Fotos: Diego García
Video: Ramiro Palais
Agradecemos a Pablo Tomaselli, prensa.