El deseo de tener plantas en casa crece año a año, incluso entre quienes viven en departamentos o espacios reducidos. Pero cuando el lugar escasea, la solución está en mirar hacia arriba: los jardines verticales se convirtieron en una tendencia decorativa que combina diseño, naturaleza y bienestar.
Además de aportar color y frescura, ayudan a purificar el aire, regular la temperatura y crear ambientes más relajantes. Y lo mejor es que se pueden hacer fácilmente con materiales simples y especies resistentes, sin necesidad de experiencia previa en jardinería.
El primer paso es elegir la pared adecuada. Lo ideal es que reciba buena luz natural —sin sol directo todo el día— y que esté cerca de una fuente de agua o de una canilla para facilitar el riego. Si el ambiente es muy luminoso, se pueden incluir especies de exterior; si tiene menos luz, conviene optar por plantas de interior resistentes.
Entre las opciones más usadas están los potus, las sansevierias (también conocidas como lengua de suegra), las suculentas y los helechos. Todas crecen bien en espacios verticales, necesitan poco mantenimiento y aportan textura y color. Para sumar aroma, se pueden combinar con hierbas aromáticas como menta, romero o albahaca.
En cuanto a la estructura, hay múltiples alternativas: desde paneles de madera reciclada o palets, hasta estanterías metálicas o módulos plásticos especiales para jardines verticales. También se puede improvisar con macetas colgantes o bolsillos de tela geotextil, ideales para interiores o balcones. Lo importante es que el soporte sea resistente y permita que el agua drene bien para evitar humedad en la pared.
Un consejo práctico es armar el diseño antes de colgar las plantas. Distribuir primero las macetas sobre el suelo ayuda a visualizar combinaciones de colores y tamaños. Se pueden intercalar especies de hojas grandes con otras más pequeñas o colgantes para generar movimiento visual.
En cuanto al riego, lo mejor es usar una botella con rociador o regadera de pico fino, evitando el exceso de agua. Para espacios grandes, existen sistemas de riego por goteo que se instalan fácilmente y mantienen la humedad constante.
Otro truco para mantener el jardín siempre verde es rotar las plantas cada cierto tiempo, especialmente si la luz no llega de manera uniforme. También conviene retirar hojas secas y revisar periódicamente la presencia de plagas.
Un jardín vertical bien planificado puede cambiar por completo la energía de un ambiente. No solo suma naturaleza y color, sino que también genera sensación de amplitud y bienestar. Con creatividad y un poco de dedicación, cualquier pared vacía puede transformarse en un pequeño refugio natural dentro de casa.
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