Cada vez más viajeros buscan alternativas nuevas y menos concurridas para una escapada de fin de semana cerca de la ciudad. Y en ese mapa de pequeños destinos, Altamira, en el partido de Mercedes, empieza a brillar con luz propia gracias a su encanto rural, su tranquilidad y sus sabores regionales.
Ubicado a unos 90 kilómetros de la capital y a solo dos horas de viaje en auto, este pueblo bonaerense nació en 1908 con la llegada del tren. Desde entonces, sus raíces ferroviarias marcaron la identidad de la comunidad, que creció en torno a la estación y los almacenes de ramos generales. Aunque el paso del tiempo dejó huella, Altamira conserva la esencia de aquella época y se convirtió en un lugar perfecto para quienes buscan desconectarse sin recorrer largas distancias.

Qué hacer en Altamira
Entre sus principales atractivos se encuentra la antigua estación de tren, hoy restaurada y transformada en la Sala Cultural La Payró. Allí se organizan propuestas artísticas y gastronómicas que invitan a disfrutar del patrimonio con una mirada contemporánea. Los almacenes tradicionales también forman parte del recorrido obligado: con más de un siglo de historia, algunos fueron declarados patrimonio cultural y siguen siendo testigos vivos de la vida de campo.
La ex fábrica Corinema, que en su momento producía ladrillos y cerámicos, ahora funciona como viñedo y espacio gastronómico, combinando pasado industrial con nuevas experiencias turísticas. La capilla Nuestra Señora de Fátima completa la visita con un rincón de calma y espiritualidad, ideal para quienes buscan un momento de pausa durante el recorrido.

Pero uno de los grandes atractivos de Altamira está en su gastronomía regional. La zona es reconocida por el salame quintero, un clásico de Mercedes que se acompaña con vinos de altura, gin artesanal, vermut y dulces caseros que pueden encontrarse en almacenes y ferias locales. Degustar estos productos es, para muchos visitantes, la mejor forma de conectarse con la identidad del pueblo.
El entorno natural también invita al disfrute. Pasear por sus calles tranquilas, rodeadas de casas bajas y aires campestres, es una experiencia en sí misma. Quienes buscan un poco más de actividad pueden optar por caminatas, cabalgatas o recorridos en bicicleta por los caminos rurales que rodean el casco urbano.
Cómo llegar a Altamira desde la Ciudad de Buenos Aires
Llegar es sencillo: desde la Ciudad de Buenos Aires se toma el Acceso Oeste hasta Luján, se continúa por la Ruta Nacional 5 hasta la salida 91 en Gowland y, desde allí, solo resta seguir los carteles que conducen directo al pueblo.
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