Justo cuando se cumplieron treinta años de la visita que hiciera Lady Di a San Isidro, el café de la estación homónima del Tren de la Costa volvió a abrir sus puertas para invitar a vecinos y turistas a un ambiente reciclado y elegante en uno de los corredores que más se revalorizó en el último tiempo.
El Bajo de San Isidro, reconocido por su carácter histórico e icónico dentro de la zona norte de la provincia de Buenos Aires, es el escenario de una propuesta gastronómica que se llama La Estación, un espacio que fusiona historia, modernidad e innovación en una ubicación que sin duda tiene mucho simbolismo para los locales.

Inaugurado a principios de noviembre, marca la vuelta de un verdadero legado. Es que el predio no sólo es una antigua estación de ferrocarril, sino que durante la década de los 90 funcionó como un vibrante epicentro comercial del Bajo de San Isidro, ofreciendo una diversidad de opciones que incluían cines, discotecas, paseos de compras y otros restaurantes.

Sin embargo, el suceso más icónico vinculado a este lugar ocurrió el 23 de noviembre de 1995: la visita de la Princesa de Gales, Lady Di. En aquella ocasión, la representante de la corona británica fue recibida durante su recorrido por autoridades locales y empresarios.
Cómo es La Estación, el café con aires de ferrocarril

Arquitectura inglesa y diseño vanguardista La estructura del restaurante rinde homenaje a su pasado ferroviario, conservando la arquitectura original de la antigua estación de estilo inglés.

El diseño se caracteriza por su estructura muraria, techos de madera y una decoración austera pero elegante. El interior cuenta con un amplio salón, iluminado a través de imponentes ventanales restaurados.

El mobiliario incluye mesas de mármol y sillones en tonos neutros, generando un ambiente de modernidad y confort que contrasta con las paredes claras: una barra con banquetas altas y un cuadro con la imagen de la Basílica de San Isidro coronan la escena.

Uno de sus principales atractivos es el sector exterior, donde pueden encontrarse dos galerías semicubiertas que se convierten en un spot ideal para un almuerzo o merienda de primavera/verano.

Cómo es el menú y cuáles sus precios

La propuesta culinaria ha sido pensada para acompañar todos los momentos del día, abarcando desde desayunos y brunch hasta almuerzos y cenas más sofisticadas. La cocina combina platos de autor y opciones clásicas con toques modernos, destacándose también su pastelería artesanal.
Para el mediodía, la carta propone platos frescos y sustanciosos, como la lasagña de ricota, jamón, muzzarella, acelga y pomodoro o la ensalada de jamón crudo con rúcula, peras grilladas y parmesano.

Para las tardes, el restaurante ofrece alternativas ligeras y dulces: avocado toast con huevo, rolls de canela o croissant con nutella.
Precios destacados de la carta

- Lasaña de ricota, jamón muzzarella, acelga, salsa pomodoro y queso parmesano: 14.500 pesos.
- Ensalada de jamón crudo con rúcula, peras grilladas, parmesano y almendras tostadas con salsa dulce: 13.500 pesos.
- Milanesa con papas rústicas: 16.500 pesos.
- Hamburguesa: 16 mil pesos.
- Ravioles de ternera y hongos: 20 mil pesos.
- Filet de merluza al roquefort: 27.500 pesos.
- Croissant de Nutella: 4.500 pesos.
- Rolls de canella: 3.800 pesos.
- Avocado toast: 9.800 pesos.
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Cómo funciona el famoso Tren de la Costa

El Tren de la Costa nació en 1995 como parte de un proyecto que buscó recuperar un viejo ramal ferroviario y convertirlo en un corredor urbano accesible para vecinos y visitantes.
Su recorrido conecta Maipú, en Olivos, con Delta, en Tigre, a lo largo de 15 kilómetros que bordean el río. Dentro de ese trayecto, la estación San Isidro R siempre tuvo un rol central por su ubicación dentro del Bajo y su vínculo con la vida del barrio, en una de las localidades más pobladas del recorrido.

Durante los primeros años, el tren impulsó el movimiento comercial y cultural de la zona. Varias estaciones sumaron locales, ferias y espacios de encuentro que se volvieron un punto de atracción los fines de semana.
Y hay que decir que San Isidro R formó parte de ese desarrollo con una oferta variada que convirtió al lugar en un punto de reunión habitual para familias y jóvenes de la zona, siendo la base fundamental de un fenómeno que se fue extendiendo al resto: hoy, casi todas las estaciones tienen un cafecito en el cual hacer una parada.
Tres décadas después, el servicio continúa funcionando y mantiene su valor como parte del patrimonio ferroviario. Muchas de sus estaciones se encuentran en proceso de actualización y nuevos proyectos buscan darle uso a los edificios existentes por fuera del concepto por el cual se los construyó.

De hecho, en redes sociales, muchos muestran al Tren de la Costa como una forma de hacer turismo, desde la idea ir bajando en cada estación para sorprenderse con la arquitectura y dejarse llevar por los sabores de cada local gastronómico.
Fotos: @laestacion.sanisidro






