Pasamos casi un tercio de nuestra vida durmiendo, pero pocas veces pensamos en el cuidado del colchón. Con el tiempo, el polvo, los ácaros, la humedad y la transpiración se acumulan en su superficie, afectando no solo su durabilidad, sino también la calidad del descanso. Mantenerlo limpio y en buenas condiciones no requiere grandes esfuerzos: solo hábitos simples y regulares que hacen una diferencia enorme.
1. Airear y aspirar con frecuencia
El primer paso para cuidar un colchón es permitirle respirar. Lo ideal es dejarlo sin sábanas ni cubrecamas al menos una vez por semana, con las ventanas abiertas para que se ventile. Además, aspirar su superficie y los laterales cada 15 días ayuda a eliminar polvo, ácaros y restos de piel que pueden acumularse sin que lo notemos.
2. Usar un protector siempre
Un protector de colchón impermeable y lavable es un escudo invisible que evita manchas y humedad. Absorbe la transpiración y protege de derrames accidentales, alargando la vida útil del colchón. Lo recomendable es lavarlo una vez al mes junto con la ropa de cama.
3. Rotar y girar el colchón periódicamente
Para evitar que se deforme o se hunda de un lado, lo ideal es girarlo 180 grados cada tres meses (cabeza a pies) y, si el modelo lo permite, voltearlo completamente dos veces al año. Esto distribuye el peso de manera uniforme y mantiene su estructura firme por más tiempo.
4. Combatir los olores y las manchas
Si el colchón tiene olor o alguna mancha leve, una mezcla de bicarbonato de sodio y vinagre blanco puede ser la solución. Espolvoreá bicarbonato sobre la superficie, dejalo actuar unos minutos y luego aspiralo. En manchas más difíciles, aplicá una mezcla de vinagre con agua tibia y un poco de jabón neutro, frotando suavemente con un paño limpio.
5. Evitar la humedad y el contacto con líquidos
El enemigo silencioso de los colchones es la humedad. Nunca lo guardes o cubras con plásticos, ya que impiden que respire y favorecen la aparición de hongos. En caso de derrames, secá la zona rápidamente con toallas absorbentes y ventilá bien la habitación.
Cuidar el colchón es cuidar tu descanso. Con una rutina de limpieza sencilla, el uso de protectores y una correcta ventilación, podés extender su vida útil y garantizar un sueño más saludable. Porque dormir bien no depende solo de cuántas horas descanses, sino también de dónde lo hacés.
