Abrir el placard y no encontrar lo que buscás es una escena cotidiana en muchos hogares. Prendas mezcladas, perchas amontonadas y cajones desbordados hacen que vestirse sea una tarea más complicada de lo que debería. Sin embargo, mantener el orden no es imposible: solo se trata de adoptar una rutina práctica y constante.
1. Sacá todo y empezá desde cero
El primer paso es vaciar el placard por completo. Separá la ropa en tres grupos: lo que usás con frecuencia, lo que está en buen estado pero no usás (podés donar o guardar) y lo que ya no sirve. Esta limpieza inicial te va a ayudar a redescubrir prendas olvidadas y liberar espacio.
2. Clasificá por tipo y temporada
Agrupar por categorías facilita todo: remeras con remeras, pantalones con pantalones, abrigos con abrigos. Si tu placard es chico, almacená la ropa fuera de temporada en cajas o bolsas al vacío para ganar espacio.
3. Elegí el sistema que mejor funcione para vos
Podés ordenar por color, tipo de prenda o frecuencia de uso. Lo importante es mantener un criterio visual que te permita ubicar lo que necesitás con solo abrir la puerta. Las perchas uniformes también ayudan a que todo se vea más prolijo.
4. Aprovechá cada rincón
Los organizadores colgantes, cajas, canastos y separadores de cajones son grandes aliados. También podés sumar ganchos en el interior de las puertas para cinturones, carteras o bufandas. La clave es que cada cosa tenga su lugar.
5. Doblá con método
El doblado vertical, popularizado por Marie Kondo, es ideal para cajones: permite ver toda la ropa de un vistazo y evita que se desordene al sacar una prenda.
6. Revisá el orden cada tanto
El mantenimiento es esencial. Una revisión rápida cada mes evita que el desorden vuelva a ganar terreno. Aprovechá esos momentos para hacer pequeños ajustes o sacar lo que ya no usás.
7. Sumá un toque personal
Un aromatizador, una luz LED o una foto pueden hacer que el placard se sienta más tuyo. El orden también tiene que ser un espacio agradable, no solo funcional.
Con estos hábitos, mantener un placard ordenado deja de ser una tarea imposible. Vas a ahorrar tiempo cada mañana, cuidar mejor tu ropa y, sobre todo, disfrutar del espacio que ya tenés.
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