Cómo preparar el mejor café en casa: consejos para lograr sabor y aroma como en una cafetería – GENTE Online
 

Cómo preparar el mejor café en casa: consejos para lograr sabor y aroma como en una cafetería

Lograr un café con cuerpo, aroma y sabor equilibrado no es exclusivo de los baristas. Con algunos ajustes en la molienda, la temperatura del agua y el tipo de cafetera, podés transformar tu ritual de cada mañana en una experiencia digna de cafetería.
Gastronomía
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Tomarse un café por la mañana o después de almorzar es un hábito casi sagrado para muchos argentinos. Pero preparar un café realmente bueno en casa —de esos que perfuman el ambiente y dejan un sabor redondo en la boca— requiere algo más que una buena marca o un poco de suerte. La diferencia está en los detalles: desde la calidad del grano hasta la temperatura del agua o el tipo de filtro que se usa.

El primer paso es elegir granos de calidad. Lo ideal es optar por café tostado natural —evitando el torrado, que lleva azúcar agregada— y, si es posible, comprarlo en grano para moler justo antes de prepararlo. Esto conserva mejor los aceites y aromas naturales. Un molido demasiado grueso o fino puede alterar por completo el resultado: el primero da una infusión aguada, y el segundo, un café amargo o sobreextraído.

Otro punto clave es el agua, que representa más del 90 % de la bebida. Debe ser filtrada o mineral, nunca del grifo si tiene mucho cloro o cal. La temperatura ideal ronda los 92 °C, justo antes del punto de ebullición. Si el agua está demasiado caliente, quema el café; si está fría, lo deja sin cuerpo.

El método de preparación también influye en el resultado final. Las cafeteras italianas ofrecen un café intenso y aromático; las de émbolo (o prensa francesa), un sabor más redondo y menos concentrado; y las máquinas de espresso o cápsulas, una versión más práctica con resultados uniformes. Si buscás experimentar, los métodos de goteo o pour-over permiten controlar cada variable y obtener un café suave, limpio y con notas más claras.

Finalmente, la taza y el momento de consumo también importan. Lo ideal es precalentar la taza con agua caliente para mantener la temperatura del café por más tiempo, y evitar el azúcar en exceso para disfrutar sus matices naturales.

Convertir tu cocina en una mini cafetería es cuestión de práctica y curiosidad. Ajustar la molienda, probar diferentes orígenes de granos o variar la proporción de café y agua puede transformar completamente tu experiencia. Porque un buen café no depende solo de la receta: es un ritual que se disfruta con los cinco sentidos.



 
 

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