Viajar con una mascota puede ser una experiencia maravillosa, pero también requiere planificación. Tanto si se trata de una escapada de fin de semana como de un viaje largo, es fundamental prepararse con tiempo para garantizar el bienestar del animal y cumplir con las normas de transporte.
El primer paso es consultar al veterinario. Antes de viajar, conviene hacer un chequeo general y verificar que las vacunas y desparasitaciones estén al día. En el caso de viajes internacionales, algunos países exigen certificados sanitarios específicos o vacunas adicionales (como la antirrábica aplicada con cierta anticipación). El profesional también puede orientar sobre el uso de antiparasitarios y, si el animal se estresa con facilidad, recomendar productos naturales para ayudarlo a relajarse.
En cuanto a la documentación, dentro de Argentina es obligatorio llevar la libreta sanitaria con las vacunas actualizadas. Para traslados al exterior, el Senasa emite el Certificado Veterinario Internacional (CVI), que se tramita con turno previo y tiene validez limitada. En el caso de los viajes en avión, cada aerolínea tiene sus propias normas: algunas permiten transportar a los animales en cabina (si pesan menos de 7 u 8 kilos con su transportadora), mientras que otras los ubican en bodega climatizada.
El medio de transporte elegido también influye en la comodidad del animal. En auto, lo ideal es usar arnés de seguridad o transportadora, evitando que el perro o gato viaje suelto. Hacer paradas cada dos o tres horas para que beba agua, camine y haga sus necesidades es clave. En el caso de los gatos, mantener la transportadora cerrada y cubierta ayuda a reducir el estrés.
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Si el viaje es largo, se recomienda acostumbrar previamente a la mascota a la transportadora: dejarla abierta en casa con una manta y algunos premios para que la asocie con un lugar seguro. También conviene llevar su mantita o juguete favorito, que le aportará calma durante el trayecto.
Otro aspecto importante es la alimentación. No se debe ofrecer comida justo antes de salir, ya que puede provocar mareos. Lo mejor es darle de comer tres o cuatro horas antes del viaje y ofrecer agua con frecuencia.
Al llegar al destino, se sugiere respetar los horarios y rutinas habituales de paseo y descanso. Las mascotas se adaptan mucho mejor cuando conservan cierta familiaridad en los hábitos.
Viajar con animales es una forma hermosa de compartir nuevas experiencias y fortalecer el vínculo. Con organización, paciencia y cariño, el traslado puede convertirse en parte del disfrute. Y lo más importante: tu compañero peludo también sentirá que está de vacaciones.
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