A apenas 122 kilómetros de la Ciudad de Buenos Aires, escondido entre caminos rurales y paisajes tranquilos, se encuentra Las Chacras, un pueblito del partido de Lobos que se perfila como un destino perfecto para quienes buscan naturaleza, historia y, sobre todo, buena comida.
Aunque no figura entre los clásicos turísticos bonaerenses, Las Chacras se ganó su lugar en el mapa gastronómico gracias a un tesoro inesperado: su sándwich de milanesa, considerado por muchos como el mejor de la provincia. La receta se puede probar en varios de sus restaurantes de campo, como Santa Catalina, Los Romero y El Boliche de Daniel, donde las milanesas caseras, el pan crujiente y los ingredientes frescos hacen la diferencia.
Más allá del plato estrella, el pueblo ofrece un plan ideal para una escapada de fin de semana. Su ambiente sereno y descontracturado, sus calles de tierra y sus rincones históricos proponen un descanso real para quien busca desconectarse.
Pasear por la antigua estación de trenes, detenerse en la capilla de Santa Margarita, recorrer la plaza central o visitar el antiguo tambo de la Estancia La Elina son algunas de las paradas obligadas para descubrir su pasado ligado a la producción agrícola y ganadera.
La historia de Las Chacras se remonta a los tiempos de la llegada del ferrocarril y los primeros inmigrantes. Las estancias y chacras dieron forma a una comunidad que creció alrededor del campo, pero que sufrió un duro golpe cuando se suspendió el servicio ferroviario. Hoy, aunque muchos de sus habitantes migraron, el pueblo conserva su esencia y revive con cada visitante que se anima a descubrirlo.
Además de la gastronomía y el paseo por sus rincones, hay opciones para quienes buscan una experiencia más activa: se pueden recorrer estancias, hacer caminatas, cabalgar por el campo y disfrutar de un almuerzo al aire libre en plena naturaleza.
¿Cómo llegar? Desde CABA, hay que tomar la Autopista Ezeiza-Cañuelas, continuar por la RN205 y luego empalmar con la RP41 hasta llegar a Lobos. Desde allí, son solo 27 kilómetros más para llegar a Las Chacras, que se puede recorrer en auto, en bicicleta o incluso caminando si se tiene espíritu aventurero.
Con su ritmo pausado, su aire de campo y su sabor inconfundible, Las Chacras es uno de esos lugares que sorprenden y se ganan un lugar en el corazón... y en el paladar.
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