El Pollo a los 3 aromas (Sān bēi jī, 三杯鸡) es uno de esos platos que explican por sí solos por qué la cocina china enamora cuando está bien hecha.
Es un plato lleno de alma, tradición y sabor que en GĀO se sirve bien caliente, en una cazuela como marca la tradición, y con una porción de arroz blanco.

Esta receta nació en la provincia de Jiangxi, en el sur de China, y más tarde se popularizó en Taiwán, donde se convirtió en un clásico de la cocina hogareña.
"El resultado es un pollo tierno, caramelizado y con una mezcla de aromas que perfuman la mesa entera", asegura Karina Gao, la cocinera asiática que tiene más de un millón y medio de seguidores entre las cuentas de Instagram @monpetitglouton y @karinagao, y lleva años realizando la receta que hoy comparte con el público de GENTE:
Ingredientes para 2 porciones
- Ajo, 10 dientes
- Albahaca, 1 planta
- Patas-muslos deshuesados, 2 unidades
- Aceite de oliva: 10ml
- Vino de cocinar chino, 50ml
- Salsa de soja, 50ml
- Aceite de sésamo, 50ml
Paso a paso:
- Pelar los ajos, lavar la albahaca y cortar el pollo en cubitos.
- Calentar un wok o una sartén con el aceite de oliva y dorar los ajos.
- Agregar los cubos de pollo y cocinar hasta que estén dorados (esto puede tardar un tiempo, pero resulta fundamental).
- Añadir la mitad de la albahaca, el vino de cocinar chino, la salsa de soja y la mitad del aceite de sésamo. Cocinar 10 minutos con la sartén tapada a fuego medio.
- Destapar la sartén y subir el fuego. Cocinar hasta que se reduzca la salsa.
- Antes de servir, rociar con el resto del aceite de sésamo y añadir la otra mitad de la albahaca.

La historia del Pollo a los tres aromas
Se dice que el primero que comió este plato fue Wen Tianxiang, un héroe de la dinastía Song injustamente encarcelado y condenado a muerte.
Y que lo hizo durante su última noche antes de morir luego de que una fanática se lo llevara adentro de una olla. Al abrirlo, ¡fue impresionante!, de su interior salieron los aromas del vino de arroz, de la salsa de soja y del aceite de sésamo..., y no hubo testigo que no quiera contar la historia. Así, nació una leyenda.

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