La tarta de verdura es una de las recetas más clásicas y rendidoras de la cocina casera. Económica, práctica y adaptable, se puede preparar con espinaca, acelga, zapallitos, brócoli o una mezcla de varios vegetales. Ideal para resolver una cena rápida o para llevar en la vianda.
Pero hay un problema que muchos conocen: cuando la sacamos del horno, el relleno está aguado y la masa perdió crocancia por el exceso de líquido que largan las verduras durante la cocción. Esto no solo arruina la textura, sino también el sabor y la presentación.
La buena noticia es que existe un truco muy simple para evitarlo: saltear y escurrir bien las verduras antes de mezclarlas con el resto del relleno es uno de ellos, pero hay más.
Los secretos de una tarta perfecta
Saltear previamente las verduras
Al pasar por sartén caliente con un chorrito de aceite, las hojas como la espinaca o la acelga pierden gran parte de su agua.
Escurrir bien el exceso de líquido
Después del salteado, colocarlas en un colador y presionar con cuchara o espátula para eliminar la humedad sobrante.
Mezclar con un “aliado absorbente”
Incorporar al relleno una cucharada de pan rallado, avena o maicena ayuda a que quede más firme y no se desarme en el horno.
Cocción clave
Precociná la masa unos minutos antes de rellenar, esto sella la base y evita que absorba humedad.
Cómo preparar una tarta de verduras
1-Preparar la masa casera o usar una tapa comprada. Colocar en molde y precocinar 5–7 minutos en horno medio.
2-Mientras tanto, saltear la verdura elegida (espinaca, acelga, brócoli, zapallitos) hasta que pierda agua. Escurrir bien.
3-Batir 3 huevos con ½ taza de leche o crema, sal, pimienta y nuez moscada.
4-Incorporar las verduras escurridas y 1 cucharada de pan rallado o maicena.
5-Volcar el relleno sobre la masa precocida, agregar queso rallado por encima.
6-Hornear a 180 °C hasta que el relleno esté firme y la superficie dorada.
Tip GENTE
Si usás zapallitos o calabacín, podés rallarlos, salar ligeramente y dejar que suelten agua antes de saltearlos. Para darle más sabor, sumá queso en cubitos o un sofrito de cebolla previo. Si preferís una versión más liviana, reemplazá la crema por yogur natural.


