Hay lugares donde comer es apenas una parte de la experiencia. En Tigre Morado, el viaje empieza antes del primer bocado: en el colorido de los platos, en los aromas que se mezclan con la música y en esa sensación de que cada detalle está ahí para despertar los sentidos.
El restaurante, uno de los grandes referentes de la cocina peruana en Buenos Aires, acaba de renovar su carta con creaciones que combinan raíces andinas, productos locales y técnicas contemporáneas. El resultado: una propuesta vibrante, fresca y sofisticada, que se mueve entre la tradición y la experimentación.

Las nuevas estrellas de la carta
El Cebiche Thai cruza fronteras: langostinos en leche de tigre al curry, con notas cítricas y vegetales crocantes que traen ecos del Sudeste Asiático. La Trucha Andina, por su parte, celebra el encuentro entre el Perú serrano y la Patagonia: trucha asada con puré de boniato ahumado y maíz serrano, en una combinación que reconforta y sorprende.

También hay espacio para clásicos reinventados, como la Leche de Tigre, ahora convertida en plato principal, o las Tortillitas del Mar, que juegan con el dulzor del choclo y la frescura del tartar de vieiras y langostinos. El Tiradito Parma, con láminas de pesca blanca y salsa de vieiras, resume la filosofía del lugar: equilibrio, elegancia y sabor.


Más allá de la cocina, Tigre Morado seduce con su atmósfera: luces tenues, materiales naturales y una estética que mezcla modernidad con calidez. Cada plato llega como una pequeña obra de arte y cada visita deja la sensación de haber viajado —sin moverse de Buenos Aires— por los paisajes y sabores del Perú.