Cuando en septiembre Kate Middleton reapareció tras las vacaciones con una melena visiblemente más rubia, el efecto fue inmediato: sorpresa, debate y una ola de teorías alrededor del look más audaz que la princesa había mostrado desde su boda con el príncipe William.
Fiel a su tradicional castaño, la princesa de Gales apareció con ondas suaves y reflejos dorados que iluminaron su cara y encendieron las redes. ¿Había pasado por la peluquería para un cambio radical? ¿Era una peluca? ¿O simplemente un juego de luces?
Después de meses de especulaciones —y de comparaciones con su clásico tono chocolate— Kate finalmente contó qué había detrás del color que la volvió viral.

Kate Middleton pone fin a las teorías que rodeaban a su larga melena rubia
El comentario surgió de la forma más casual. Durante el Royal Variety Performance del 19 de noviembre, en un intercambio relajado detrás del escenario, la actriz Su Pollard le dijo que había notado su pelo “mucho más claro”. Según relató luego al Daily Mail, la princesa no dudó en revelar la verdad: “Solía ser marrón, pero se ha aclarado con el sol.”
Sin rodeos, Middleton confirmó lo que muchos estilistas ya sospechaban: el tono miel no fue una apuesta radical de colorista, sino el resultado directo del verano y la exposición natural al sol. Una explicación sencilla que incluso encaja con lo que se vio en esos días: su primera aparición como “rubia” ocurrió el 4 de septiembre, en el Museo de Historia Natural, cuando el largo de su melena —más extendida de lo habitual— realzó aún más los reflejos claros.

Sin embargo, el look tuvo vida corta. Apenas dos días después, el 6 de septiembre, la princesa de Gales asistió al partido de la Copa Mundial de Rugby Femenina entre Inglaterra y Australia con un semirecogido que dejaba ver un tono más oscuro, cercano a su tradicional castaño. La variación en la iluminación y el peinado hizo difícil precisar el color exacto, pero el efecto dorado ya había comenzado a desvanecerse.
Lo cierto es que, sin proponérselo, Kate sumó uno de los momentos beauty del año: un cambio espontáneo, veraniego y comentadísimo, que despertó fascinación y devolvió a la conversación pública el magnetismo de un simple gesto capilar. Y, como siempre, con su sello característico: natural, elegante y sin dramatismos.

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