La Reina de los Países Bajos y su hija mayor, la princesa Amalia, protagonizaron una de las imágenes más significativas de este inicio de curso real. Tras un verano de vacaciones familiares en Grecia, Máxima Zorreguieta retomó su agenda internacional con un viaje clave a Nueva York, donde no estuvo sola: a su lado, la heredera al trono, que sigue dando sus primeros pasos en el escenario global.
Cabe mencionar que la Gran Manzana no es una ciudad más para la monarca argentina. Allí vivió entre 1996 y 2000, cuando todavía trabajaba en el sector privado de las finanzas, y fue también el lugar en el que se cruzó por primera vez con Guillermo Alejandro, hoy rey de los Países Bajos.
Ahora, dos décadas después, volvió en su rol de Asesora Especial del Secretario General de Naciones Unidas para la Financiación Inclusiva, cargo que ocupa desde 2009 y que en 2022 evolucionó hacia un mandato más enfocado en la salud financiera global. En esta ocasión, Máxima viajó para participar en el 80º aniversario de la Asamblea General de la ONU, una de las citas más relevantes de la diplomacia internacional.

Amalia, alumna privilegiada en la escuela de la Reina Máxima
Si bien Máxima cumplía con su agenda oficial –reuniones con el Banco Interamericano de Desarrollo, la alianza contra la pobreza CGAP y representantes del G20–, lo cierto es que la gran novedad del viaje fue la presencia de Amalia, de 21 años.
Según dejó en claro Casa Real neerlandesa: la labor de la princesa consistía en “supervisar el trabajo de la reina Máxima”. En la práctica, se trató de una inmersión total en lo que será su futuro: observar, escuchar y aprender de primera mano cómo se desempeña su madre en los foros más exigentes.

Actualmente, la heredera combina sus estudios de Derecho en la Universidad de Ámsterdam con un programa especial en el Defensity College, pero en Nueva York se enfrentó a una clase magistral mucho más simbólica: la de ser testigo de la diplomacia en acción. Sentada junto a Máxima en el hemiciclo de Naciones Unidas, ambas siguieron con atención los discursos, intercambiando miradas y comentarios en una complicidad que traspasó las cámaras.
El estilo compartido de Máxima y Amalia de Orange: sintonía total
Como suele suceder en cada aparición conjunta, madre e hija no solo destacaron por su rol institucional, sino también por sus elecciones de moda, que hablaron de unión y sintonía. En su primera jornada, Amalia eligió un traje negro oversize acompañado de un top blanco y zapatos rojos de Gianvito Rossi, una apuesta sobria y juvenil a la vez. Máxima, en tanto, sorprendió con un dos piezas azul de Max Mara, que combinó con un top blanco y los mismos zapatos de la firma italiana, marcando un guiño de complicidad fashionista con su hija.
Más tarde, en la inauguración de la Asamblea, ambas renovaron sus estilismos: Amalia con un conjunto salmón de aire relajado y Máxima con un vestido mostaza de cuello drapeado, reafirmando su gusto por los tonos vibrantes.

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