Los errores más comunes al limpiar la cocina y cómo evitarlos para que quede realmente impecable – GENTE Online
 

Los errores más comunes al limpiar la cocina y cómo evitarlos para que quede realmente impecable

La cocina es uno de los espacios que más se ensucia, pero muchos hábitos de limpieza no solo son ineficientes: también pueden empeorar el problema.
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La cocina es el corazón de la casa, pero también el lugar donde más suciedad se acumula: grasa, restos de comida, humedad, vapor y bacterias que aparecen incluso cuando no las vemos. Por eso, limpiarla “a las apuradas” puede generar más desorden que solución. Hay errores muy comunes que la mayoría comete sin darse cuenta y que impiden que el espacio quede verdaderamente impecable. La buena noticia es que corregirlos es sencillo y hace una gran diferencia.

Uno de los fallos más habituales es usar el mismo trapo para todo. Mezclar paños de mesadas, cocina, heladera y piso favorece la propagación de bacterias y deja olores persistentes. Lo ideal es tener trapos diferenciados por color o función, lavarlos con agua caliente y reemplazarlos con frecuencia.

Otro error muy común es limpiar la mesada sin despejarla primero. Mover los objetos “por arriba” en lugar de retirarlos genera acumulación de grasa en zonas invisibles. Lo mejor es vaciar la superficie, aplicar el limpiador elegido y dejar actuar unos minutos antes de pasar el paño. Ese tiempo de contacto es clave para una desinfección real.

También se suele usar el producto incorrecto para cada material. Las mesadas de acero inoxidable requieren limpiadores suaves para no opacar el brillo; las de mármol no deben tocar el vinagre; las de madera necesitan productos neutros para evitar manchas. Conocer el material de cada superficie evita arruinarla y mejora el resultado final.

Un error muy extendido es no limpiar los electrodomésticos por dentro con regularidad. El microondas acumula vapor y grasa; la tostadora junta migas que pueden provocar mal olor; la campana requiere desengrasante específico cada dos o tres semanas. La falta de mantenimiento no solo afecta la higiene, sino también el rendimiento de los aparatos.

El lavavajillas también merece atención: cargarlo en exceso o mezclar cubiertos de manera desordenada impide una limpieza correcta. Además, es fundamental lavar el filtro una vez por semana para evitar que la suciedad vuelva a circular.

Otro hábito a evitar es limpiar las hornallas en frío sin retirar las piezas. Sacar las tapas y soportes, remojarlas con agua caliente y jabón, y luego desengrasar la base de la cocina es el método más efectivo para que todo quede impecable.

La limpieza de la cocina también falla cuando se barre antes de limpiar superficies altas. Al hacerlo al revés, el polvo y las migas vuelven a caer al piso. El orden correcto es: superficies altas → mesada → electrodomésticos → piso.

Finalmente, uno de los errores más comunes es no ventilar. Después de cocinar o limpiar, abrir la ventana al menos 10 minutos ayuda a eliminar vapor, olores y humedad que favorecen la formación de hongos.

Corregir estos detalles transforma por completo la rutina de limpieza. Con buenos hábitos y productos adecuados, la cocina puede mantenerse fresca, ordenada e higiénica todos los días, sin sumar trabajo extra.



 
 

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